La placita del “Aviso ARA Sobral”, en homenaje a un titán de Malvinas
El buque de 49 tripulantes recibió certeros disparos de helicópteros ingleses, apenas unas horas después del hundimiento del “Belgrano”. Con 8 tripulantes muertos, muchos heridos y casi destruido, logró llegar al continente.
El espacio verde con algunas hamacas y toboganes se puede ver desde la vera de la ruta 229. Es la placita del barrio ATE VIII, vecina al edificio abandonado de la planta de fundición FAPA.
El lugar lleva desde ahora el nombre de “Aviso ARA Alférez Sobral”, en homenaje al buque de la Armada atacado por helicópteros ingleses, apenas unas horas después del hundimiento del crucero “Belgrano”, y que casi destruido, con 8 tripulantes muertos y muchos heridos logró llegar al continente.
La ceremonia de imposición del nombre fue el miércoles y asistieron sode la tripulación, entre ellos el subjefe de la Armada, vicealmirante Eduardo Fondevila Sancet, que en aquel entonces era un joven guardiamarina.
“No tengo palabras para agradecer este momento de gran sentimiento. Estamos acá gracias a que un grupo hizo el trabajo que debía hacer. Inevitablemente, estamos ligados de por vida, por eso la emoción en cada reencuentro”, dijo Fondevila Sancet.
El nombre fue dispuesto por Ordenanza Nº 3.687. Su principal impulsor fue el concejal Sadi Gelós (IVR), quien remarcó exaltado que “el Estado tiene muchas deudas con los héroes de Malvinas. Tenemos el orgullo de que vecinos nuestros volvieron”.
“Punta Alta quedó marcada por la guerra. No debe extrañarnos que tengamos calles y plazas que lleven nombres de navíos y de nuestros héroes”, dijo el presidente del Concejo Deliberante, Adrián Otero, que encabezó el acto. El cartel con el nombre de la plaza, los caídos y la referencia histórica fue donado por Vialidad Provincial.
Un héroe entre nosotros. El combate librado por el “Sobral” en la madrugada fría del 3 de mayo de 1982 escribió la palabra héroe delante del nombre de sus 49 tripulantes. Murieron 8 de ellos, incluido su comandante. El resto de la dotación se las arregló para sobrellevar la fatalidad, gobernar el buque averiado y llevarlo hasta puerto seguro. Hoy, algunos de esos héroes residen en Punta Alta.
Como el suboficial retirado Ángel Ortellado, quien vivió otro combate, el que libraron contra los incendios infernales desatados en los sectores más críticos de la nave.
“No teníamos salvación y creí que iba a morir —contó Ortellado, entrerriano, en ese entonces cabo segundo de 20 años—.
El incendio más voraz fue el eléctrico. Los focos mayores ocuparon los cuartos de Radio y de Máquinas. Sin matafuegos, teníamos que apagarlo con agua. Un suicidio, pero ya estábamos desesperados.
Sobre tablones secos sobre el piso y con botas de goma y 2 guantes en cada mano como aislantes pudieron pelearle al fuego y ayudar a salvar lo que quedaba de “Sobral”.
Al garete, sin puente de comando ni comunicaciones, con varios heridos graves a bordo, sometidos a los caprichos del mar y el viento al norte de las islas, el buque logró llegar a Puerto Deseado el 5 de mayo.