Juan Cruz Zara, un campeón que cumplió sus sueños de niño
De regreso en Bahía, Juan Cruz Zara repasa lo vivido recientemente con la selección argentina de sóftbol, con un foco especial en los Juegos de Lima 2019.
“De a poco voy cayendo (...). Siento una mezcla de satisfacción y alivio, porque últimamente habíamos estado cerca de conseguir los objetivos”.
AJuan Cruz Zara todavía le cuesta tomar dimensión de todo lo logrado en el último tiempo en los torneos donde defendió la camiseta del seleccionado argentino de sóftbol. Pero lo cierto es que, a sus 26 años, el bahiense ya inscribió su nombre en las páginas más importantes de la historia del deporte de nuestra ciudad y, por qué no, del ámbito nacional.
Después de vivir dos meses inolvidables, en los que fue partícipe del primer título mundial y de la primera medalla de oro panamericana del combinado nacional, Zara regresó a Bahía
Nueva. y recibió a La en la cancha del Parque de Mayo, un lugar muy especial para él.
—¿Cómo vas asimilando todo lo que consiguieron con la Selección?
—De a poco voy cayendo en lo que logramos. Siento una mezcla de satisfacción y alivio, porque últimamente habíamos estado cerca de conseguir los objetivos. Nos faltaba hacer un click mental para animarnos contra las grandes potencias, algo que finalmente pudimos hacer.
—¿Cómo fue el proceso que les permitió dar ese salto de calidad como equipo y alcanzar esos ob
jetivos tan buscados?
—Se trabajó muchísimo en lo mental. Sabíamos que técnicamente teníamos un nivel muy similar al de potencias como Canadá, Nueva Zelanda o Japón. Se estudió más a los rivales y también a nosotros mismos para encontrar y corregir errores, tanto los jugadores como el cuerpo técnico. En el medio hubo muchísimo roce con estos países, que eran los protagonistas de los Mundiales. Jugar más seguido contra esos equipos es experienmos cia que suma.
"También trabajamos con un psicólogo deportivo, que nos ayudó un montón. Se hicieron muchas cosas fuera de la cancha, a las que antes le dábamos menos importancia, y nos sirvió", agregó Juan.
—¿Cómo se hace para ser un atleta de alto rendimiento en un deporte amateur y conseguir estos resultados?
—El apoyo que tenemos del Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) y de la Agencia de Deportes nos sirve mucho. Si bien no es suficiente para vivir el día a día ni para dedicarse de lleno al sóftbol, cada uno después de su trabajo le puede dedicar unas horas a entrenar. Con el apoyo económico nos ayudan mucho con los viajes y los gastos que tenés en el aspecto deportivo.
La aventura en Lima 2019
La consagración en el Mundial de República Checa, donde derrotó a pesos pesados como Nueva Zelanda, Canadá y Japón (nada menos que en la final), automáticamente convirtió al seleccionado argentino en el gran candidato a quedarse con la medalla dorada en los Juegos Panamericanos de Lima (Perú), más allá de que no registra- ba grandes actuaciones previas en dicha cita.
—¿Sintieron algún tipo de presión en los Panamericanos al tener el mote de principales candidatos?
—Nuestra idea era llegar a los Panamericanos de una forma óptima para poder conseguir una medalla, pero después del tremendo Mundial que hicimos fue muy difícil mantener el nivel en los Juegos. Había como una especie de presión; arrancamos algo tensos en los primeros partidos, aunque con el correr de la competencia nos fuimos soltando. Tuvimos una reunión entre nosotros y nos propusimos recuperar el nivel del Mundial, ahí aflojamos un poco y el juego empezó a fluir.
"Le ganamos 4-3 a México en un partido que pensamos que estaba liquidado y en el final se nos pusieron a una carrera, y luego superamos 1-0 a Venezuela; arrancó tenso el torneo para nosotros. No obstante, con la victoria 3-0 sobre Estados Unidos nos soltay ya ante Cuba (8-1) y Perú (13-0) los triunfos fueron más amplios", añadió.
—¿En qué momento sintieron que la medalla dorada no se les escapaba?
—Más que nada en la victoria contra Estados Unidos (3-0), en la primera ronda, y después en el amplio triunfo sobre Cuba (81), que era un rival que nos había complicado en el Mundial. En esos partidos nos dimos cuenta que recuperamos un poco nuestra línea de juego y después, en la semifinal y en la final por la medalla de oro, jugamos mucho más sueltos.
—Fueros tus segundos Panamericanos, ¿cómo viviste la experiencia?
—Me sentí con menos tensión para encarar los partidos. El ambiente por ahí te lleva a distraerte porque hay una atmósfera familiar, compartís con gente de otros países y otros deportes, y hay que tratar de no olvidarse de la competencia. Por caso, tenés que concentrarte en seguir comiendo y durmiendo bien. La verdad que fue una muy linda experiencia.
—¿Qué te generan todos estos logros?
—Principalmente, me acuerdo de la familia y los amigos todo el tiempo, porque son los que me esperan, los que me aguantan. También me acuerdo de todos los entrenadores que me fueron formando. Se me viene mucho a la cabeza cuando era chico y soñaba con estos momentos. Todavía no termino de caer, pero los logros llegaron.