La Nueva Domingo

A 20 años del cero a cero más aburrido del deporte bahiense

Increíble: Sociedad Sportiva y Universita­rio no abrieron el marcador en la final regional de 1999. La elección de la cancha. El factor climático. La perla del tercer tiempo. ¿Quién fue el campeón?

- Ricardo Sbrana rsbrana@lanueva.com

Los formadores dicen que el rugby es un deporte inclusivo, en el que para todos hay un rol según su perfil físico. Una diversidad que también se promueve desde las reglas. Por ejemplo, se puede ganar un partido gracias a un try (5), un penal (3), un drop (3) o una conversión (2). Vemos en ocasiones finales de partido en el orden de los 20, 30, 40 o 50 puntos en alguno de los equipos.

En el rugby bahiense de mediados de los '50 -los iniciosest­e deporte era muy luchado. Rozaba lo violento. Partidos escasament­e técnicos y sin grandes emociones para los que observaban. Eran frecuentes resultados tipo 9-3, 6-0, 3-3...

Pero bastante más acá en el tiempo el historial entre Universita­rio-Sociedad Sportiva, clásico bahiense que el año pasado celebró 60 años de vigencia, osten- ta un 0 a 0 para la historia.

Fue en la última fecha del regional 1999. Palomas y Pirañas llegaron a ese partido con campañas idénticas y mismo puntaje. Y en medio de una rivalidad extrema, tenían que jugar la revancha del que había sido triunfo de Uni en la primera rueda (22-17, del 16 de junio). Aunque como en toda final, el pasado poco importó.

A qué punto llegaría la rivalidad “de barrio” que no se pusieron de acuerdo en el día de disputa. Los demás participan­tes jugaron la última fecha el sábado 24 de julio. Sin embargo para el clásico un club pidió “sábado” y el otro “domingo”. Al final, la Unión de Rugby del Sur lo reprogramó para el sábado siguiente, 31 de julio.

“Viento y frío”

Tarde soleada en La Carrindang­a. Pero muy ventosa y fría. En rugby, el viento siempre es factor estratégic­o. Pero ese día los aperturas no pudieron convertir a los palos por las fuertes ráfagas: un intento para el local, dos en la visita. Nada de nada.

“Hubo un viento tremendo que no permitió jugar. Además de que hacía mucho frío. Pero también recuerdo que habían llegado personalid­ades de UAR, creo que (Angel) Guastella y (Rodolfo) Michingo O'Reilly... Alguien importante para buscar gente para alguna selección del Interior. Y estábamos todos pendientes de mostrar

nuestro mejor rugby. Y salió el peor partido que ví en mi vida”, recordó Atilio Giannoni, exhooker de Uni. Basta con mirar las fotos del clásico (ver la versión web) para verificar la vehemencia con la que se jugó.

“Fue un día particular­mente ventoso. Nosotros veníamos con la historia de ser multicampe­ones y Universita­rio quería ganarnos a toda costa. Se jugaba un rugby muy lento, era otra época. La batalla de los forwards fue dura e importante. Se dio un partido muy estático, jugado con los

dientes apretados y siempre por el lado de los delanteros. Muy físico y con más ganas de pasar por arriba al rival que de jugar. Es muy extraño el resultado, pero producto de la fricción. En suma, fue una obra maestra del aburrimien­to”, recordó Damián Salloum, hooker de Sportiva.

Ese año Mariano Minnaard fue capitán de Universita­rio.

“Imposible olvidar que hubo mucho, mucho viento... El (Alfredo) Ruso Köhler había errado un par de penales abajo de los palos

(para Sportiva). Y nosotros no teníamos al pateador (NdR: Martín Natali) y las que tuvimos también las erramos por el viento”, dijo.

“En un momento tuvimos un penal abajo de los palos, unos cinco metros corrido de la hache. Pero como veníamos errando, yo pedí scrum y lo perdimos... Si hubiéramos elegido patear y la metíamos, ganábamos... Fue un día horrible, de mal juego y mucho viento. No pudimos hacer puntos ni con los pies”, agregó el exsegunda línea.

Lucio Mariani, exsegunda en Sportiva, coincidió con Giannoni al recordar la visita de los DT de UAR.

“A ese partido vino, no sé por qué, (Angel) Papuchi Guastella. Se cagó de risa del rugby deslucido y violento que jugábamos. Y también Alex Avila, un entrenador de Pueyrredón de Buenos Aires y de juveniles en UAR. El partido fue un

espanto: cerrado, deslucido, agresivo...”, recordó.

Mismas sensacione­s para Martín Horvath, exwing Paloma que consideró que aquella tarde, se sintió un espectador más.

“Hubo un huracán en La Carrindang­a. El partido fue mezquino, guerra de forwards y nada más. Los tres cuartos no tocamos la pelota. Diría que ni transpiram­os. Fue el único cero a cero en rugby que escuché en mi vida...”, afirmó.

Para Gerardo Cutrin buena parte de la suerte de Uni en el clásico estuvo dada por una baja clave.

“La semana previa nos enteramos que Martín (Natali) no iba a poder jugar. Un problema de salud lo dejó afuera. Ese fue para nosotros un cambio importante en el equipo”, dijo el ex centro del Rojo.

“Fue un día de mucho viento, difícil para jugar abierto... Si de por sí una final entre nosotros era más cerrada que cualquier otro partido, con el viento esa tarde se dificultó más el llevar a cabo un juego con más posibilida­des de marcar”, agregó.

“Hubo algunas patadas a los palos fallidas, que nos hubieran dado el triunfo. Pero recuerdo bien una del Ruso Köhler cerca del final. Pateó con el viento cruzado, la pelota hizo como una comba y pegó en el palo... Un partido aburrido para nosotros, los que jugamos de backs”, concluyó.

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FOTOS: ARCHIVO LA NUEVA. DESDE la izquierda, Appignanes­i, Robles (semioculto), Ocampo (9), D'Onofrio, Cutrín y Ramírez, Köhler y Fernández.
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A Rigal (Sportiva) le van con todo. Atrás, Del Brío y Giannoni.

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