Los aportes alcanzan a cubrir apenas el 36 por ciento de las jubilaciones
La extensión de las prestaciones y los problemas para generar empleos registrados limita fuertemente la sustentabilidad del sistema previsional argentino.
Un reciente informe del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano analiza cuál es el problema de fondo que afronta el sistema previsional argentino, y concluye que los aportes sólo alcanzan para cubrir el 36 por ciento de las jubilaciones.
“Cuando a fines de los años ‘40 se extendió el sistema jubilatorio a la mayor parte de la población, había aproximadamente diez trabajadores activos por cada pasivo”.
“En la actualidad, la relación aportantes/beneficiarios del sistema previsional es de apenas 1,7”, advierte Víctor Beker, director del CENE.
“Si cada trabajador activo aporta un 11% de su salario y el empresario un 10%, esto sólo permite pagar una jubilación equivalente al 36% del salario en actividad. El resto proviene de impuestos y otros recursos del Tesoro nacional”, explica.
Añade que ése es el marco en el cual se debería debatir la reforma del sistema previsional argentino a partir del año próximo, a pesar de que el plazo máximo de tres años para implementar dicha reforma “universal, integral, solidaria y sustentable”, fijado por la Ley de Reparación Histórica que fue sancionada a mediados de 2016, ya venció.
En tanto, una de las exigencias del Fondo Monetario tiene que ver, precisamente, con la reforma del sistema previsional argen- tino, algo que se desprende del trabajo técnico del organismo titulado “El futuro del ahorro: el rol del diseño de los sistemas de pensiones en un mundo que envejece”.
En el paper del organismo se destaca entre otros puntos que los sistemas de pensiones públicos de reparto, definidos, en la terminología del documento, como altamente “generosos” -es decir, con una ratio de cobertura elevada y altas tasas de sustitución, entre los que se incluiría a nuestro país- inciden negativamente sobre el ahorro privado, toda vez que desincentivan el esfuerzo individual para ahorrar para la vejez durante los años de actividad laboral.
Además, también afectan negativamente al ahorro público.
Ante esto, en el caso local, el Fondo recomienda modificar la Tasa de Sustitución (TS), lo que equivale, lisa y llanamente, a reducir el haber inicial de los futuros jubilados.
¿Por qué? Porque la TS es la parte sustancial y determinante del haber jubilatorio, que representa la proporción que existe entre el primero de esos haberes y el promedio de las remuneraciones percibidas por un solicitante de su jubilación.
“Así, las prestaciones que integran un haber jubilatorio completo -y que hacen el grueso de su composiciónse deducen de una fórmula única que es igual a 1,5% x años trabajados x promedio de las últimas 120 remuneraciones, de modo que, por ejemplo, para un trabajador con 30 años de aportes, la TS equivale al 45% del promedio de las últimas 120 remuneraciones (30 x 1,5%)”, respondió el abogado previsionalista Alfredo Bernabei, director jurídico de Alfredo A. Bernabei Abogados.
En la actualidad, según Bernabei, la TS ordinaria no sería inferior al 45 % del promedio de las últimas diez remuneraciones en nuestro país.
“De esta forma, se puede deducir fácilmente que, modificando el porcentaje utilizado en la fórmula única de determinación de la TS -sin tocar los años reales laborados- se reduciría el haber inicial, cumpliendo así con las ‘sugerencias’ del Fondo”, advirtió Bernabei.
Reduciendo el porcentaje desde 1,5, a 1,2 en 30 años, la TS pasaría a ser del 36 % de las últimas 120 remuneraciones, con lo cual, el efecto “a la baja” sobre el primer haber es notorio.
La otra alternativa es extender el total de remuneraciones utilizadas para el cálculo: en vez de los ultimos 10 años, considerar los últimos 25.
De esta forma, se utilizarían para el cálculo los aportes primarios de un trabajador, donde, como es usual en los primeros años laborales, no suelen percibirse las remuneraciones mas altas, reduciendo, así también, el haber inicial.
Una de las exigencias del Fondo Monetario Internacional tiene que ver, precisamente, con la reforma del sistema previsional argentino”.