La clave para generar divisas es exportar como Chile y Uruguay
De acuerdo con un informe privado, imponer restricciones no será suficiente para calmar al dólar.
El mercado cambiario está muy convulsionado. En agosto el Banco Central tuvo que vender 950 millones de dólares y en setiembre 1.600 millode dólares nes más.
Ante la tendencia al agotamiento de las reservas se optó por endurecer las restricciones a los ahorristas y a las empresas para comprar dólares oficiales.
También se dispusieron reducciones transitorias en los impuestos a las exportaciones con la finalidad de incentivar a los exportadores a liquidar más divisas.
Ciertamente que gran parte del problema está en la desaforada emisión monetaria que se viene produciendo desde que asumió el nuevo gobierno.
En los primeros meses de 2020, la emisión se justificó en la necesidad de paliar la crítica situación social heredada. A partir de abril, la justificación fue la lucha contra la pandemia.
En cualquier caso, desde que comenzó la nueva gestión, la cantidad de pesos en manos del público se duplicó, mientras que las reservas del Banco Central se mantuvieron prácticamente constantes.
Más allá de estos factores coyunturales, cabe preguntarse por qué la inestabilidad del dólar es un tema recurrente en la Argentina.
Una forma de acercar respuestas es comparando las exportaciones de la región.
En este sentido, según datos oficiales, en 2019:
* Las exportaciones per cápita de Argentina alcanzaron a U$S 1.500 por persona.
* Las exportaciones per cápita de Uruguay fueron de U$S 2.600 por persona.
* Las exportaciones per cápita en Chile ascendieron a U$S 3.700 por persona.
Estos datos muestran que el aparato productivo argentino tiene una muy baja capacidad exportadora.
Pocas fuentes
El relativamente bajo nivel de exportaciones de Argentina lleva a que no se generen todos los dólares necesarios para financiar las importaciones de máquinas, insumos y repuestos que se necesitan para expandir las exportaciones y así obtener más divisas.
Adicionalmente, corolario de la elevada inflación endémica, los argentinos demandan más dólares que los chilenos y uruguayos.
Así, se agrava la escasez de divisas ya que, a la insuficiencia en la capacidad de producir dólares de su sector productivo, se suma la sobredemanda de dólares de su población para resguardar sus ahorros frente a la inflación.
Ante este contexto, las medidas cambiarias y financieras pueden aportar paliativos ante la crítica situación, pero no alcanzan para elevar la capacidad exportadora, ni para romper con la arraigada cultura de los argentinos a ahorrar en dólares, entendible en un país con inflación elevada.
Por eso, es imprescindible explicitar y poner en ejecución un plan de ordenamiento integral del Estado para recuperar la sostenibilidad fiscal y elevar la calidad de la administración pública.
Son cuatro los pilares de este ordenamiento: el ordenamiento previsional, el impositivo, el funcional y el del régimen federal.
En el tema previsional es clave eliminar los tratamientos especiales y la doble cobertura.
En el impositivo unificar tributos para simplificar y recaudar más con menos presión impositiva.
El ordenamiento funcional implica eliminar organismos, en especial, los programas y estructuras burocráticas del Estado nacional que interfieren en funciones provinciales.
En el federalismo hay que eliminar la coparticipación y tender a que las provincias generen sus propios recursos.
Se trata de cambios disruptivos que colisionan con muchas inercias e intereses.
Por eso, es clave que se tome conciencia que planteos que eluden avanzar en estos temas son meras expresiones de deseo sin capacidad de aportar soluciones de largo plazo.
El relativamente bajo nivel de exportaciones de Argentina lleva a que no se generen los dólares necesarios para financiar las importaciones.