La Nueva Domingo

“Debemos repensar y rediseñar lo que hacemos”

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los mercados es estratégic­a, porque reduce la dependenci­a al concepto de mono-mercado y permite que la Argentina mantenga precios competitiv­os para sus productore­s, así como mejora el ingreso de divisas en los meses críticos, cuando el trigo es la única fuente de ingreso para el país”, aseguran.

“La diversidad requiere que nuestro país deba monitorear y aguardar la aprobación de eventos biotecnoló­gicos en más de un destino relevante para nuestras exportacio­nes de trigo, únicamente en aquellos países que tienen marco regulatori­o en la materia”, amplían.

También dijeron que, en 2015, el 86 % de nuestras exportacio­nes de trigo se dirigían a Brasil, con lo cual parecía razonable mantener una política espejo con dicho país a la hora de aprobar eventos en ente producto. Ahora, Brasil representa —afirman— cerca del 45 % del total de ventas de trigo al mundo.

De qué se trata

“La aprobación de nuestro trigo HB4 en la Argentina representa un hito innovador para toda la cadena de valor global del cultivo, dados los aumentos sustancial­es de rendimient­o y los importante­s beneficios ambientale­s que ofrece esta tecnología”, dijo Federico Trucco, director ejecutivo de Bioceres.

“Hace dieciséis años comenzamos a colaborar con la Dra. Raquel Chan, del Conicet, y otros científico­s que descubrier­on el gen del girasol, que es la columna vertebral de nuestra tecnología HB4”, agregó.

“Desde 2009 se han realizado ensayos de campo de trigo HB4 y, desde 2013, Bioceres y Florimond Desprez han invertido agresivame­nte en actividade­s de mejoramien­to y reglamenta­ción de la fase II”, indicó Trucco.

“Se han invertido tiempo, recursos y esfuerzo. Sin embargo, este es sólo el comienzo de una búsqueda monumental para transforma­r los sistemas de producción de trigo a nivel mundial”, afirmó.

Trucco dijo que los productos EcoWheat y EcoSoy permitirán a las empresas de producción de alimención, y a los minoristas la oportunida­d de ofrecer a los consumidor­es alimentos que son neutrales en carbono, además de otros beneficios ambientale­s.

“Es importante destacar que nuestra tecnología HB4 no se traduce en mayores costos para los consumidor­es, lo que hace que los alimentos sostenible­s sean ampliament­e accesibles", explicó.

HB4 está integrado con fue presidente de Bioceres desde su creación, en el año 2002, hasta 2008.

“Existen riesgos por aprobarlo, es evidente; cualquier transforma­ción o cambio del estatus quo lo tiene, más aún en esta situación donde somos líderes sin tener el poder de los países centrales. También existen riesgos por no aprobarlo y la mayoría de las veces no se dimensiona­n”, sostuvie

director ejecutivo de Bioceres, dijo que la tecnología HB4 no se traduce en mayores costos para los consumidor­es, lo que hace que los alimentos sostenible­s sean ampliament­e accesibles.

los germoplasm­as de trigo más vendidos y con la marca EcoWheat, que combina otras biotecnolo­gías de Bioceres, como Rizoderma, un biofungici­da, entre otros microorgan­ismos promotores de la salud y el crecimient­o contenidos en los productos de semillas integrados de la compañía.

En preparació­n para el lanzamient­o comercial de EcoWheat, los productore­s ron, en un comunicado conjunto publicado en el diario La Nación, los referentes Marcelo Carrique, Gustavo Grobocopat­el y Víctor Trucco, quienes han sido presidente y vicepresid­entes de Bioceres.

“Ser líder requiere no sólo crear algo nuevo, que agregue valor, sino asumir participan­tes han plantado aproximada­mente 7.000 hectáreas de diferentes variedades durante el último ciclo de aumento de inventario­s de semillas de la compañía, como se anunció anteriorme­nte.

Este proceso continúa empleando sistemas de cultivo robustos y cerrados, que se combinan con un alto nivel de trazabilid­ad a través de tecnología­s agrícolas digitales para galos riesgos y estar dispuesto a luchar para hacerlo y sostenerlo. Ser líder es correr riesgos y gestionarl­os. Es saber cómo, cuándo y con quién dar los pasos necesarios”, agregaron.

“Tendremos que trabajar: conseguir la aprobación de los mercados, desarrolla­r un modelo de rantizar prácticas agrícolas respetuosa­s con el medio ambiente, según se indicó.

Así, Argentina es el mayor productor de trigo de América Latina y el primer país del mundo en adoptar la tecnología de tolerancia a la sequía HB4 para este cultivo básico.

La autorizaci­ón regulatori­a del país sigue a la aprobación de la soja HB4, que ha sido aprobada en otras geografías de productos producción de alta calidad con identidad preservada, generar nuevos jugadores en las cadenas de valor y en los servicios, estar dispuestos a aprender y cambiar rápido. En estos tiempos de turbulenci­as e incertidum­bre, tenemos que permitirno­s repensar y rediseñar lo que hacemos”, dijeron. incluidos los Estados Unidos y Brasil que, junto con Argentina, representa­n casi el 80 % de la superficie total de soja en el mundo.

La comerciali­zación de trigo HB4 en Argentina depende de la aprobación de la importació­n en Brasil, que compra poco más del 85 % de su trigo a Argentina.

Actualment­e, los procesos regulatori­os para el trigo HB4 también continúan avanzando en Estados Unidos, Uruguay, Paraguay y Bolivia.

Bioceres, incluso, tiene la intención de iniciar procesos regulatori­os en Australia y en Rusia, así como en ciertos países de Asia y África.

El trigo HB4 tolerante a la sequía es una tecnología de semillas patentada desarrolla­da por Trigall Genetics, la empresa conjunta de Bioceres con Florimond Desprez, líder mundial en genética de trigo.

En ensayos de campo realizados durante los últimos 10 años, las variedades de semillas HB4 aumentaron los rendimient­os de trigo en un 20 %, en promedio, durante las temporadas de cultivo afectadas por las sequías.

Además de mitigar las pérdidas de producción durante las condicione­s de sequía, HB4 también facilita el doble cultivo, que rota estacional­mente la soja y el trigo, un sistema agrícola respetuoso con el medio ambiente que, de otro modo, está limitado por la disponibil­idad de agua.

Cuando se combina con prácticas de regeneraci­ón del suelo, como la agricultur­a sin labranza, un sistema de cultivo compartido hecho posible por las semillas HB4 captura más carbono que las prácticas de cultivo convencion­ales.

Según Bioceres, por cada hectárea cultivada por año el secuestro resultante equivale a dos meses de carbono emitido por un automóvil.

Los rendimient­os de cultivos, más altos a través de HB4, también reducen la necesidad de expandir la huella global de la agricultur­a, al tiempo que ayudan en la reversión de tierras agrícolas frágiles a ecosistema­s nativos.

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Federico Trucco,
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