La Nueva Domingo

La conservaci­ón de los océanos

- Por el Lic. en Zoología Oscar Horacio Padín /

Fue en los años 60 cuando se iniciaron acciones concretas referidas a evaluar y poner de relevancia algunos impactos de las actividade­s humanas sobre el ambiente marino, pero no fue hasta la celebració­n de la Conferenci­a de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano realizada en Estocolmo en junio de 1972 donde 113 naciones establecie­ron una serie de 26 principios y un Plan de Acción que sentaron bases para avanzar en una regulación de las actividade­s en el mar.

Desde la caza de ballenas hasta la prevención de las descargas de hidrocarbu­ros, entre otros aspectos relevantes. Considera también la “utilizació­n de la ciencia y la tecnología para descubrir, evitar y combatir los riesgos que amenazan al medio, para solucionar los problemas ambientale­s y para el bien común de la humanidad”.

Los océanos producen al menos el 50% del oxígeno del planeta, albergan la mayor parte de la biodiversi­dad y son fuente de proteínas para más de mil millones de personas y un factor clave de la economía mundial, cuya proyección hacia el año 2030 incluirá a más de 40 millones de trabajador­es.

Sin embargo, muchas regiones oceánicas y mares costeros están experiment­ando cambios importante­s. Existen numerosas evidencias del impacto de la presión pesquera sobre las poblacione­s de las principale­s especies de interés comercial, la progresiva destrucció­n de los arrecifes y otros ecosistema­s sensibles por efectos de fuentes de contaminac­ión de origen terrestres y otros fenómenos comprendid­os en lo que llamamos “Cambio Global” como la “Acidificac­ión Oceánica”, modificaci­ones en las corrientes oceánicas, cambios registrabl­es en las temperatur­as y en la estratific­ación de la columna de agua con consecuenc­ias previsible­s en la estructura de las poblacione­s de especies pelágicas y en los ecosistema­s de fondo.

Con el objetivo de explicar algunos de estos fenómenos que afectan la “salud” de los océanos y su productivi­dad pesquera, han surgido desde el sector científico algunas iniciativa­s basadas en el concepto ecológico-social de las pesquerías como “subsistema­s” recurso-usuarios-manejo, que han llevado a la FAO a establecer las “Directrice­s para la aplicación del Enfoque Ecosistémi­co de la Pesca”, consideran­do esas tres dimensione­s.

Argentina cuenta con una legislació­n adecuada para el manejo de sus pesquerías (Ley 24 922, Régimen Federal de Pesca), institucio­nes como la Armada y la Prefectura Naval Argentina que custodian nuestra Zona Económica Exclusiva, así como legislació­n para la promoción y estímulo de las Ciencias del mar (Ley 27167).

Una red de institucio­nes científica­s a lo largo de su litoral marítimo y un compromiso de impulsar una estrategia para el desarrollo y trasferenc­ia de tecnología al sector privado desde el Instituto Nacional de Investigac­ión y Desarrollo Pesquero, a través de su flota de buques de investigac­ión pesquera oceanográf­ica, dos de ellos de última generación tecnológic­a, y sus distintos proyectos desarrolla­dos por personal científico y técnico altamente capacitado, que juegan un rol prepondera­nte en las medidas de manejo sostenible­s de los recursos marinos.

Los océanos producen al menos el 50% del oxígeno del planeta y son fuente de proteínas para más de mil millones de personas.

Oscar Horacio Padín es el director del Instituto Nacional de Investigac­ión y Desarrollo Pesquero.

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