La conservación de los océanos
Fue en los años 60 cuando se iniciaron acciones concretas referidas a evaluar y poner de relevancia algunos impactos de las actividades humanas sobre el ambiente marino, pero no fue hasta la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano realizada en Estocolmo en junio de 1972 donde 113 naciones establecieron una serie de 26 principios y un Plan de Acción que sentaron bases para avanzar en una regulación de las actividades en el mar.
Desde la caza de ballenas hasta la prevención de las descargas de hidrocarburos, entre otros aspectos relevantes. Considera también la “utilización de la ciencia y la tecnología para descubrir, evitar y combatir los riesgos que amenazan al medio, para solucionar los problemas ambientales y para el bien común de la humanidad”.
Los océanos producen al menos el 50% del oxígeno del planeta, albergan la mayor parte de la biodiversidad y son fuente de proteínas para más de mil millones de personas y un factor clave de la economía mundial, cuya proyección hacia el año 2030 incluirá a más de 40 millones de trabajadores.
Sin embargo, muchas regiones oceánicas y mares costeros están experimentando cambios importantes. Existen numerosas evidencias del impacto de la presión pesquera sobre las poblaciones de las principales especies de interés comercial, la progresiva destrucción de los arrecifes y otros ecosistemas sensibles por efectos de fuentes de contaminación de origen terrestres y otros fenómenos comprendidos en lo que llamamos “Cambio Global” como la “Acidificación Oceánica”, modificaciones en las corrientes oceánicas, cambios registrables en las temperaturas y en la estratificación de la columna de agua con consecuencias previsibles en la estructura de las poblaciones de especies pelágicas y en los ecosistemas de fondo.
Con el objetivo de explicar algunos de estos fenómenos que afectan la “salud” de los océanos y su productividad pesquera, han surgido desde el sector científico algunas iniciativas basadas en el concepto ecológico-social de las pesquerías como “subsistemas” recurso-usuarios-manejo, que han llevado a la FAO a establecer las “Directrices para la aplicación del Enfoque Ecosistémico de la Pesca”, considerando esas tres dimensiones.
Argentina cuenta con una legislación adecuada para el manejo de sus pesquerías (Ley 24 922, Régimen Federal de Pesca), instituciones como la Armada y la Prefectura Naval Argentina que custodian nuestra Zona Económica Exclusiva, así como legislación para la promoción y estímulo de las Ciencias del mar (Ley 27167).
Una red de instituciones científicas a lo largo de su litoral marítimo y un compromiso de impulsar una estrategia para el desarrollo y trasferencia de tecnología al sector privado desde el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero, a través de su flota de buques de investigación pesquera oceanográfica, dos de ellos de última generación tecnológica, y sus distintos proyectos desarrollados por personal científico y técnico altamente capacitado, que juegan un rol preponderante en las medidas de manejo sostenibles de los recursos marinos.
Los océanos producen al menos el 50% del oxígeno del planeta y son fuente de proteínas para más de mil millones de personas.
Oscar Horacio Padín es el director del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero.