Steven Lin llegó a los 18 años y solo conocía a Maradona
Steven Lin (45) nació en Fuqing, provincia de Fujian ubicada en la zona costera de China Continental, allá vivía con sus abuelos, su papá, su mamá y su hermana. “Era una zona muy pobre, no había carne”, dijo Steven.
Steven ahora se identifica como “argenchino” y cuenta que suele hacer asados con amigos.
Él llegó al país junto a su padre en 1993, a sus 18 años. Su papá era ingeniero y vino con un contrato por tiempo determinado y él lo acompañó porque, después de terminar la secundaria, “prefería trabajar”.
De Argentina solo conocía a Maradona antes de venir.
Actualmente Steven vive en Olivos con su esposa Cristina, su hija Emily (8) y su hijo Alex (11) y se dedica a la exportación de vinos a China y la importación de artículos de fútbol como pelotas y camisetas. Además, dirige Bofeng Sports y preside la Fundación benéfica Bofeng, creada para brindar ayuda a los estudiantes en áreas afectadas por la pobreza para que completen con éxito sus estudios, en la cual trabaja en conjunto con empresas supermercadistas.
“Para llegar a la ArgentiQian na viajamos durante dos días”, recuerda.
La empresa que contrató a su papá los fue a buscar al aeropuerto y los alojó en el centro porteño en una habitación sin baño con cama cucheta.
Allí también vivían otras personas de la colectividad, que se dedicaban a otras actividades como albañilería, ayudantes de cocina, gastronómicos, supermercadistas y también había desempleados.
“La primera noche no podía dormir -relata Steven-, era muy chico el lugar, y estaba con los horarios cambiados porque hay 11 horas de diferencia entre China y Argentina, extrañaba mi casa, la comida, los amigos”.
Mientras su papá trabajaba en la empresa, él consiguió su primer trabajo en un restaurante coreano en Once, donde hacía delivery, limpieza y era ayudante de cocina.
También trabajó como mozo los fines de semana y así de a poco fue aprendiendo el idioma.
Cuando a su papá se le terminó el contrato, se juntó con cuatro socios y en 1997 abrieron un restaurante tenedor libre.
“Ahí empezó a mejorar nuestra vida”, asegura Steven.