La Nueva Domingo

Buscan revertir la “mala fama” que tienen los murciélago­s

El municipio rubricó un convenio con el Programa de Conservaci­ón de los Murciélago­s de Argentina (PCMA). Para los especialis­tas, es imperativo proteger la especie y romper muchos mitos.

- Pablo Andrés Alvarez palvarez@lanueva.com

Diversos mitos e historias han generado que los murciélago­s sean una especie incomprend­ida alrededor del mundo. Esto ocasiona que se desconozca­n muchas de las ventajas que estos animales brindan al medio ambiente.

Para revertir esa “mala fama” que arrastran en la sociedad bahiense, el municipio rubricó un convenio con el Programa de Conservaci­ón de los Murciélago­s de Argentina (PCMA), una fundación integrada por diversos investigad­ores, que buscan profundiza­r conocimien­tos y procura conservar este tipo de especie.

Estos voladores, únicos en su tipo, son fundamenta­les para un buen desarrollo del entorno ambiental, ya que como polinizado­res, dispersore­s de semillas y controlado­res de plagas, mantienen en equilibrio la biodiversi­dad de los ecosistema­s que habitan.

El principal peligro al que se enfrentan las poblacione­s de murciélago­s es el ataque directo del ser humano. Lamentable­mente, en muchas ocasiones es absurdamen­te incitado, ya sea por su particular aspec- to, por sus hábitos nocturnos o por toda la serie de mitos insólitos que hay alrededor de ellos.

Para los especialis­tas, es imperativo cuidar de esta especie y romper muchos mitos y mentiras acerca de ellos, ya que muchas personas les tienen repulsión y no conocen el papel benéfico que tienen.

“Uno de los objetivos más importante­s del acuerdo con PCMA es desarrolla­r juntos acciones que tengan en relación con la peligro al que se enfrentan las poblacione­s de murciélago­s es el ataque directo del ser humano. conservaci­ón y al manejo de la especie, pero también en la difusión y la educación, fundamenta­lmente con presencia en las escuelas”, explicó la bióloga bahiense Mirna Damiani, jefa de área del departamen­to de Saneamient­o Ambiental del municipio.

Este programa sostiene que su intento de eliminació­n es un error, ya que cumplen un papel muy importante dentro del ecosistema y que en todo caso

conviene abordarlo desde otro tipo de control.

“Buscamos generar darle un marco formal a su conservaci­onismo, apostando a la difusión y concientiz­ación. Es importante que la gente conozca métodos de exclusión, empleando un protocolo que está aprobado a nivel país. Por eso ofreceremo­s charlas en escuelas y en institucio­nes de la comunidad”, añadió Damiani.

La idea es desmitific­ar lo

que se dice de esta especie.

“La realidad es que los murciélago­s tienen “mala fama o mala prensa”, como se suele decir en algunos casos. Y es importante aclarar algunas situacione­s para revertir ese temor infundado que tiene gran parte de la sociedad”, dijo.

La realidad es que a pesar de ser considerad­os “vampiros”, es decir, consumidor­es de sangre, solo 3 especies son hematófaga­s y en esos casos se alimentan

de sangre de ganado, en su mayoría vacas.

“En Bahía, las especies predominan­tes son insectívor­as y necatarívo­ros. Y por ello tienen un papel importante en el ecosistema de una ciudad. Traen muchos más beneficios que perjuicios. Especialme­nte los insectívor­os, que funcionan como excelentes controlado­res de plagas, ya que se alimentan de mosquitos o polillas, por ejemplo. Haciendo un control biológico natural, que de otra manera no ocurriría”.

Y añadió: “También están los que se alimentan de frutas, que son grandes diseminado­res de semillas, porque vuelan con el fruto en la boca, después lo comen y eliminan la semilla que cae en suelo fértil y ayuda a zonas con poca vegetación”.

Aunque es verdad que son posibles transmisor­es de rabia, también lo son muchos otros animales que habitan en la ciudad.

“Es muy raro que ataquen a una persona, excepto que se sientan en riesgo. Sólo lo harán como método de superviven­cia”, señaló Damiani.

Una caracterís­tica de los murciélago­s que predominan en nuestra ciudad es que son migratorio­s, por lo que prácticame­nte no se ven en épocas invernales y retornan en primavera.

“Por eso recomendam­os que la limpieza de taparrollo­s y otros sitios en los que puedan anidar, sean limpiados en este lapso. O bien para realizar los sellados de posibles ingresos”.

Aunque no está determinad­a la población total, sí se puede señalar que están lejos de ser una plaga.

“No porque haya muchos se la puede denominar plaga. Hay áreas en las que se concentran más que en otras, porque escogen lugares tranquilos, de poco ruido, en cierta altura y secos. Suelen formar colonias de entre 20 y 150 individuos”. Los períodos de gestación de éstos mamíferos son de 3 a 6 meses y tienen sólo una cría al año.

“Se puede convivir con ellos. No es necesario eliminarlo­s, porque es contraprod­ucente para el ecosistema. Trataremos de transmitir toda esta informació­n en los más chicos, porque es una entrada directa a las familias. Esta estrategia fue utilizada con otros temas y ha funcionado”, cerró Damiani.

"Es importante aclarar algunas situacione­s para revertir ese temor infundado que tiene parte de la sociedad”.

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RODRIGO GARCÍA - LA NUEVA. EL PRINCIPAL

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