La inflación, al alcance de la mano

La gente entiende que no debe pagar cualquier precio por un producto. Se necesita un valor de referencia para comparar y decidir.

contra la inflación es tan compleja LA LUCHA que, en cuarenta años de democracia, por tomar una referencia arbitraria, nadie pudo controlarla y, si lo hizo, fue mediante ardides que terminaron luego generando grandes aumentos.

consiste, básicamente, en la LA INFLACIÓN pérdida del valor del dinero. La frase “antes llenaba el carrito del súper con mil pesos, ahora no llego ni a la cuarta parte” expresa cabalmente de qué se trata este problema económico.

este fenómeno puede ser resuelto a SI BIEN partir de medidas que ataquen sus causas, cada cual desde su lugar puede aportar algo para que esta situación no se desborde de manera desproporcionada y encuentre límites más o menos precisos.

en juicio a la conducta de los comerciantes, SIN ENTRAR es una realidad que el que vende advierte que puede pedir más y lo pide. Y se lo pagan. Y sube el precio y se lo siguen pagando.

quien procede de esta forma busca EN PARTE, cubrirse ante la incertidumbre, pero también muchas veces los aumentos no responden a ninguna lógica más que la de aprovechar un momento en el que parece que cualquier cosa está permitida.

entonces, del ciudadano común UNA ACTITUD, debe ser disminuir la demanda, que esta se retraiga. Incluso dejar de comprar mercadería cara y reemplazarla por otra. Solo así quienes les venden tendrán que competir por ese lugar.

ve que tiene que bajar el precio SI EL COMERCIO para competir porque los consumidores se están pasando a otra alternativa o porque tienen menos capacidad de compra, tendrá que bajarlo. Y esa bajada irá hasta el origen de la cadena.

gente entiende que no debe pagar HOY LA cualquier precio. Que hay que tener un valor de referencia, comparar y actuar en consecuencia. Y a los productos que han aumentado de manera desmedida simplemente corresponde borrarlos del listado de compras hasta que la situación se normalice.

una herramienta menor. Los propios NO ES economista sugieren no pagar lo que no corresponde y que el consumidor saque a relucir su poder para obligar a que los precios tengan la lógica que corresponde.