Ciberestafa: reintegraron 10 millones de pesos al Círculo Médico de Pringles
El Banco Provincia devolvió el total de la suma sustraída al ente de salud por un fraude con el homebanking de la entidad crediticia. No se hará cargo de intereses compensatorios.
Después de meses de negociación, el Banco de la Provincia de Buenos Aires restituirá al Círculo Médico de Coronel Pringles el monto total que la entidad de salud perdió como consecuencia de una ciberestafa millonaria ocurrida el año pasado.
El Bapro reintegrará a la institución que nuclea a los médicos pringlenses aproximadamente 10 millones de pesos sustraídos de sus cuentas bancarias, suma que incluye los gastos por el cobro del impuesto a los débitos originados por las transferencias ilegales y las comisiones del banco en concepto de las operaciones.
Sin embargo, la entidad no pagará intereses compensatorios a la parte denunciante, decisión que el Círculo finalmente no objetó pese a haber sido su pretensión inicial.
Así lo confirmó el abogado Fernando Mas, quien representa a las víctimas del fraude electrónico consumado el 28 de noviembre pasado.
“Si le debés a un banco, este último te lo cobra. Entonces la lógica es que mínimamente el Círculo también cobre intereses compensatorios, que se generan por el transcurso del tiempo (durante el cual el afectado no dispuso de su dinero), porque resultó perjudicado a raíz de que el banco no atendió su deber de seguridad”, explicó Mas.
El acuerdo se cerró después de tratativas extrajudiciales en las que la entidad bancaria primero ofreció devolver la mitad del dinero sustraído.
“Los bancos están dando diferentes respuestas, pero a la larga todos responden porque es una cuestión básica de seguridad del depositario fiel”, indicó Mas.
“Desde la pandemia la Corte Suprema de Justicia de la Nación implementa la necesaria digitalización de todas las actuaciones posibles, lo que conlleva a que sean los propios bancos los que te imponen un soporte al cual acceder: el homebanking, que las mismas entidades bancarias contratan de manera unilateral y el cliente sólo puede optar por la fórmula del contrato de adhesión”, agregó.
“Ese contrato no te permite modificar absolutamente nada, entonces se conjugan muchos elementos de fondo y de forma, que llevan a que necesariamente caigas en una monopolización de lo que te dice el banco para hacer uso del servicio que ellos te prestan”.
“Por este motivo te tienen que brindar las normas de seguridad vigentes. Este es un tipo de delito que con la pandemia aumentó 3.000%”, continuó diciendo el letrado.
Los bancos “pagan”
Mas comentó que es difícil que los bancos se sometan públicamente a procesos de transacción a través de la instancia de mediación prejudicial.
“Porque generalmente te exponen sin reconocer hechos ni derechos y después terminan pagando. Lo hacen por una formalidad para evitar un efecto contagio, que es lo que ocurrió en este caso”, dijo el profesional.
“En lo formal, las transacciones previas al inicio de una acción judicial se someten a un proceso de mediación obligatoria que establece una ley provincial, en la cual figuran exenciones en cuanto a legitimaciones para someterse a este procedimiento”, acotó.
De hecho, el Provincia -señaló Mas- es uno de los sujetos exentos y por lo tanto el banco no se somete a mediación.
El delito se concretó cuando un empleado del Círculo "habilitó una suma en la cuenta corriente y programó una transferencia de 800 mil pesos por lotes. En ese momento la web del Bapro le pidió el token del teléfono", según detalló oportunamente el ginecólogo y obstetra Hernán Siciliano, presidente del Círculo Médico de Pringles.
"Con el celular recibió el token que entrega automáticamente (la aplicación) BIP Móvil del banco, aceptó la operación y le apareció una pantalla rectangular, de un color no habitual, con el mensaje 'su página web del banco está siendo actualizada. Espere en línea que en breve se habilitará'".
"En ese momento se le bloqueó el mouse y el teclado de la computadora. En la PC de la otra administrativa había, en el Outlook, mensajes de dos transferencias no autorizadas por $2,9 millones cada una, y una tercera por $3,5 millones", completó.
Rápidamente la mujer se percató de que delincuentes estaban vaciando las cuentas del Círculo, por eso desenchufó la máquina.
Primero las sumas se acreditaron electrónicamente en la sucursal del Banco Nación en Pringles y luego se desviaron a cuentas de monotributistas sociales del conurbano.
La última de las transacciones del Bapro al Nación se bloqueó y los $2,9 millones quedaron “congelados” en el Nación de Avellaneda.
Cabe destacar que la salud es el tercer sector más ciberatacado en el mundo, después de educación, seguros y comunicaciones.