Cómo cambiaron los bahienses sus hábitos de consumo por la crisis
ESTRATEGIAS DE COMPRA PARA ALIVIAR EL BOLSILLO
El incremento de precios de los últimos meses incidió sustancialmente en los hábitos de compra de los consumidores bahienses. Con una inflación acumulada del 70% en el primer trimestre del año, la mayoría debió recalcular sus presupuestos y los cambios se advierten en las góndolas de los supermercados. Ante la caída del poder adquisitivo, la búsqueda de marcas más económicas y un menor stockeo de productos son algunas de las estrategias que vienen aplicando gran parte de las familias de nuestra ciudad. Qué se espera para los próximos meses.
La disparada de los precios de los últimos meses impactó en los hábitos de compra de los bahienses.
Después de tres meses seguidos con dos dígitos de inflación y una suba acumulada del 70% en el trimestre, la mayoría de los consumidores se vieron obligados a recalcular sus presupuestos y los cambios ya se sienten en las góndolas de los supermercados.
Compras por unidad, búsqueda de marcas más económicas y menor stockeo de productos son algunas de las estrategias que están aplicando gran parte de las familias de nuestra ciudad.
Supermercadistas bahienses dan cuenta del nuevo panorama de consumo, en el que la variable precio pasó a tener un rol casi excluyente, con un cliente que concentra sus compras en lo que consi- dera indispensable.
Curiosamente, según señalan, la aceleración de la inflación que hasta hace unos meses llevaba a muchos consumidores a buscar cubrirse stockeándose de productos no perecederos -desde aceite y arroz hasta papel higiénico- ahora está generando el efecto inverso con compras prácticamente diarias.
Detrás de este cambio de hábitos se encuentran respuestas de proveedores para mover sus productos, ofreciendo importantes bonificaciones, lo que permite que, a lo largo del mes, se encuentren en los supermercados distintas ofertas.
Otra modificación en la conducta, que se masificó en el último tiempo, es el cambio de marca, dado que los consumidores se encuentran más abiertos a probar productos más económicos, inclinándose en segundas o terceras marcas o bien a las propias de los supermercados.
En cuanto a los momentos en que la ciudadanía compra, se afirmó que el pico de ventas se da en las primera dos semanas del mes, cuando la mayoría de las personas perciben sus salarios, y luego vuelve a crecer cuando cierran las tarjetas de crédito.
Dos impresiones en línea
Fernando Heredia, gerente de Compras de la
Cooperativa Obrera, y Javier Báncora, propietario de la cadena de supermercados “La Banderita”, coincidieron en las modificaciones de consumo de los bahienses y en vislumbrar que en los próximos meses debiera imponerse la estabilidad de precios.
“En lo referente a artículos de almacén, perfumería, limpieza y bebidas se comenzó a revertir lo que sucedió en enero y febrero, donde las ventas cayeron bastante, y en estos tres últimos meses comenzaron a equilibrarse”, señaló Heredia sobre la cooperativa con mayor cantidad de asociados del país y que tiene presencia en más de 70 localidades de 7 provincias argentinas.
“En lo que a nosotros respecta, no hemos tenido caída en la facturación interanual. Pero sí hemos vivido algunas particularidades para lograr que se mantenga estable en tiempos de crisis”, señaló Báncora, que hace 29 años inauguró el primer local en Villa Rosas y hoy tiene 7 sucursales distribuidas en distintos barrios de la ciudad, con un centro de distribución propio inaugurado este año.
Y añadió: “Cuando notamos que el ticket promedio comenzó a caer, tuvimos que agudizar el ingenio para atraer más gente a los supermercados. Eso se logra con ofertas puntuales o promociones, ya sean propias o bancarias. Buscamos tener un poco menos de rentabilidad para poder ofrecer precios más tentadores. Y con eso hemos logrado mantener los volúmenes de ventas generales”.
Heredia manifestó que en las sucursales de la Cooperativa también se notó un cambio en el comportamiento consumista.
“La gente ya no realiza las denominadas compras mensuales o quincenales. Hay mucha más emisión de tickets con menos productos. Eso significa que opta por ir más veces al supermercado y comprar lo que necesita para el día”.
Báncora coincidió en que las compras se basan estrictamente en lo esencial.
“Ya no hacen compras grandes. Hoy se va más veces al supermercado y en esa visita compran lo estrictamente necesario o lo que encuentra en oferta. O bien va los días que tiene alguna promoción de reintegro con su banco, que tracciona bastante. En esto también influyó que la inflación esté relativamente estable. Hoy no hay prácticamente variaciones de precios de principio de mes o a finales”.
Y amplió: “Todo esto no es de ahora. La realidad es que el país viene con inflación sostenida desde 20042005 y la gente se va adaptando a esa situación. Por ejemplo, en algunos momentos, era negocio llenar el carro a principios de mes, porque a medida que avanzaba el mes, esos productos iban aumentando al ritmo de la inflación. Hoy ya no lo es. Hoy parece ser que lo más inteligente es comprar poco e ir más veces al supermercado”.
Ambos coincidieron que la competitividad entre proveedores y en supermercadistas está contribuyendo a que el cliente encuentre productos a menor precio.
“Al haber menos volumen de ventas en forma natural, hay que agudizar el ingenio para atraer clientes. Hoy todos los supermercados estamos compitiendo con ofertas. Y la gente ya no centraliza en
"Cuando notamos que el ticket promedio comenzó a caer, tuvimos que agudizar el ingenio para atraer más clientes".