Omar Sharif
A los 83 años falleció un mito del cine
Participó en más de un centenar de películas en una carrera que duró más de 60 años, pero Omar Sharif pasará a la historia por un único papel, el del pasional y sensible Yuri de Doctor Zhivago, al que prestó la intensidad de una mirada con la que cautivó dentro y fuera de la pantalla.
Sus ojos oscuros, su porte elegante y una sonrisa eterna hicieron de Sharif, fallecido ayer a los 83 años, una estrella en el sentido clásico de un Hollywood que ya no existe, con una vida llena de glamour, de romances, de juego y de excesos no siempre contenidos.
Un físico destacable que le abrió las puertas del cine de su Egipto natal, donde tuvo un éxito temprano desde que debutara con apenas 22 años en Shaytan al-Sahra, de Youssef Chahine, tras graduarse en Matemáticas y Física en la Universidad de El Cairo. Más de una veintena de películas en apenas ocho años lo convirtieron en el actor de moda de Egipto hasta que David Lean vio una foto suya cuando buscaba actores árabes para Lawrence de Arabia (1962).
Su porte lo convenció de forma instantánea para contratarlo y aunque en principio iba a tener un pequeño papel, el director decidió darle a él uno de los personajes más importantes, el del líder árabe Shérif Ali ibn el Kharish.
Por este papel consiguió su única nominación al Oscar, pero lo más importante es que fue su trampolín internacional. Juego y bebida. Despilfarró auténticas fortunas en casinos de medio mundo. Reconoció haber bebido sin interrupción durante 48 horas junto a Peter O'Toole durante el rodaje de Lawrence de Arabia. Placeres en una vida poco convencional.
Sin embargo, el actor nunca estuvo satisfecho de su trabajo en la película. En una entrevista por el 50 aniversario de su estreno, Sharif afirmó: "Es un gran filme pero yo no estoy muy bien".
El éxito de la película permitió a Lean acometer un proyecto grandioso en todos sus aspectos: la adaptación al cine de la novela de Boris Pasternak, Doctor Zhivago.
Desde el primer momento decidió que Sharif sería el protagonista, el doctor Yuri Andreyevich Zhivago.
Un papel que pudo hacer cuando la Columbia, productora con la que tenía un contrato en exclusiva de cinco años, se lo "prestó" a la MGM, por tan solo 15.000 dólares, como recordaba el actor con humor en 1999 en el Festival de Venecia.
Yuri tenía una gran lucha interna entre el deber que representaba Tonya (Geraldine Chaplin) y el deseo que era Lara (Julie Christie). Sharif supo interpretarlo con delicadeza y la intensidad que siempre ponía en sus personajes, dos características que se amoldaban muy bien con la novela de Pasternak y con el preciosista estilo de Lean, quien hizo de la belleza un personaje más de la película.
La maravillosa música de Maurice Jarre se asoció desde ese momento a los ojos de Sharif y Christie, formando un recuerdo cinematográfico que pocos más pueden igualar en belleza.
Un papel que supuso el punto culminante de una carrera que apenas empezaba, pero que no volvió a alcanzar una cota tan alta.
Con 33 años, Sharif se encontró en un punto de inflexión tanto profesional como personal, ya que durante el rodaje de la película se separó del amor de su vida, como reconocería años después, la actriz egipcia Faten Hamama, con quien tuvo un hijo, Tarek.
El actor aseguró siempre que se había separado de Hamama porque se veía incapaz de serle fiel y la quería demasiado para engañarla.
A partir de ese momento se sintió libre para tener numerosos romances y responder al estereotipo de galán que repitió muchas veces a lo largo de su carrera.
Una vida dedicada a vivir intensamente y al cine, aunque nunca se vio a sí mismo como una celebridad. Comentá esta crónica en lanueva.com