Hija de...
Malena Guinzburg también da risa
Malena Guinzburg, actriz y notable exponente del stand up en la Argentina, que la semana pasada estrenó, en el Paseo La Plaza, su show Pucha, junto a Diego Scott, Pablo Fábregas y Fernando Sanjiao, bajo dirección de Diego Reinhold, admitió que para ella “no existe ningún tema sobre el que no se pueda hacer humor”.
“El único límite es que si vas a reírte de alguna temática medio densa, el chiste esté bien construido, que lo puedas defender desde un lugar de verdad porque si no se convierte en una falta de respeto y yo no quiero escucharme hablando desde ese lugar”, indicó Guinzburg.
“No reivindico el apellido, no siento eso; es un honor que me digan que me parezco, pero no soy él: mi viejo era muy grande”, aclara enseguida, sobre la fama y el hecho de ser “la hija de” Jorge Guinzburg.
Después del éxito de #Mascanchero, que entre 2013 y 2014 fue visto por más de 80 mil espectadores, Pu
cha llegó para decir algo sobre “los dogmas, las guerras religiosas, los atentados terroristas, los descubrimientos de la ciencia y los frascos de mermelada que no podemos abrir.
“Nos gustó el nombre porque habla de la crítica inactiva, la queja sin sentido: 'Pucha, el mundo se está quedando sin agua'; ' Ni una menos, pucha' y la idea es burlarnos un poco de esa actitud”, indicó la hija del legendario humorista que es
tuvo al frente de La biblia y el
calefón.
“Luego, en el armado y con Scott como presentador, quisimos reírnos un poco de las charlas Ted y las neurociencias que están tan de moda hoy”, agregó.
Luego, entre cada separador a cargo de Scott, el trío suma a sus personalísimos monólogos distintos recur-
sos como interacciones audiovisuales, teatro negro y música orquestados por el prolífico Diego Reinhold.
“Cada vez que tengo que hacer un monólogo nuevo siento que ya dije todo lo que tenía para decir, que ya fui graciosa, que no se me va a ocurrir nada nuevo, que no tengo nada para dar, que hasta acá llegue y que muchas gracias buenas noches”, confesó la actriz entre risas.
“Pero además no repetirme es muy difícil porque la materia prima del stand up es uno mismo y los temas que te cruzan son siempre más o menos los mismos: yo me doy siempre con un caño, me divierte y es lo que me sale, pero acá estoy tratando de irme para otro lado”, dijo la actriz que admitió hacer terapia “desde toda la vida”.
“Por ejemplo, en una parte hablo de las diferencias entre las modelos y las gordas y no ponerme a mí de ejemplo me costó mucho, pero necesito ver qué otras cosas tengo para decir”, contó.
Y precisamente esas inseguridades que operan como verdaderos taladros neumáticos en su cabeza, Malena las traduce de la siguiente manera: “Yo pienso que mi monólogo es malísimo, que ellos tres son los mejores del mundo y yo una porquería, que me tienen ahí de lástima porque ya no les da echarme. Soy una porquería conmigo misma”.
Consultada sobre el deseo de navegar por las aguas de la actuación más “tradicional”, Guinzburg admitió que le cuesta no caer en el humor.
"Estuve grabando tres capítulos de una serie para Televisión Digital y mi personaje era gracioso, pero el director todo el tiempo me decía 'hacelo un poco más chiquito'.
"Estoy acostumbrada todo el tiempo a la cosa exagerada, histriónica y me gustó el desafío de hacer un personaje. Me divierte ponerme un vestuario, que me den un texto. ¡Yo ya no quiero escribirme más!”, indicó.
“Se da un cambio general a nivel de stand up, hay cada vez más estandaperos y en el promedio también va a haber más mujeres. Igual yo siento que todavía falta un poquito con el tema de la mujer, todavía está el que dice que una mujer no le hace reír y va con ese prejuicio. Igualmente, no me siento una típica `minita´ en un montón de cosas. Mi humor es medio masculino, tengo monólogos donde hablo que con mi ex yo era más el `chabón´ que él”, subrayó la comediante.
El año pasado fue intenso en su carrera. Además de su participación en el programa televisivo de Jorge Lanata, estuvo haciendo giras y radio.