Contra “la fórmula del Obelisco”
Atres semanas para las PASO del 9 de agosto, Daniel Scioli continúa combinando actividad gubernamental en distintos puntos de la Provincia, ajustando su discurso proselitista en un intento por captar el voto del electorado “independiente no indiferente”.
En términos objetivos, el aparato oficialista del Frente para la Victoria K decidió trabajar “sin taparse la nariz” por Scioli, desde que el gobernador bonaerense quedó como el único candidato oficialista por disposición presidencial de Cristina Fernández de Kirchner.
“Del otro lado tenemos la fórmula del Obelisco, encabezada por Mauricio Macri y (Gabriela Michetti) que no conoce el país”, disparan desde el sciolismo puro con lenguaje kirchnerista de reciente incorporación como ofensiva conceptual.
La administración sciolista cruza los dedos a la espera de que la fortuna electoral le sonría. La crónica semanal reflejó cierta “celebración íntima” en calle 6, dado que Macri como principal contrincante opositor, estuvo tan atareado en reforzar la campaña por el balotaje porteño del próximo domingo que decidirá su sucesor, que corrió de eje su cruzada presidencial.
El cronograma electoral viene provocando una poco relevante agenda de trabajo ministerial en La Plata. Así y todo, el ministro de Asuntos Agrarios, Alejandro “Topo” Rodríguez, procura “un marco de diálogo y de reencuentro” con el sector rural, buscando desactivar la inminente jornada de catarsis sectorial convocada por entidades agropecuarias.
El propio Scioli anunció esta semana nuevos beneficios para productores de trigo que “podrán acceder a créditos de hasta 500 mil pesos a una tasa fija del 12 por ciento con vencimiento en 2016”.
Poniendo de ejemplo aspectos de su agenda de gestión (como la descentralización de recursos hacía municipios bonaerenses y la implementación de las Policías Locales), Scioli también procura sutilmente marcar algún nivel de diferenciación con el estilo de conducción del matrimonio Kirchner.
“Scioli tiene un liderazgo innovador basado en el diálogo y la creación de consensos con todos los sectores políticos, pero cuando la oposición ha resistido medidas pensadas en beneficio de la gente, ha sabido tener la firmeza necesaria para seguir adelante”, dice su ministra de Gobierno, Cristina Alvarez Rodríguez.
El chisporroteo mediático entre los precandidatos a gobernador por el oficialismo K, Aníbal Fernández y Julián Domínguez, es propio de la interna política doméstica en la Provincia.
“Entiendo que la oposición utilice temas complejos como la droga o las adicciones para hacer campaña de baja calidad. Pero utilizar esa metodología entre nuestros propios compañeros nos lleva a una sangría innecesaria”, recalcó el diputado del FpV, Fernando “Chino” Navarro, en un llamado a “reflexionar” sobre las formas en que se está llevando adelante la interna del oficialismo.
En sintonía con la estrategia del Pro de “nacionalizar” la elección bonaerense, la candidata a gobernadora por el Frente Cambiemos, María Eugenia Vidal, asumió el “compromiso político de impulsar en la Provincia el sistema de boleta única electrónica utilizada con éxito en la ciudad de Buenos Aires.
“No es lógico que los comicios bonaerenses se definan por quién tiene más fiscales o más boletas en el cuarto oscuro”, advierten desde el entorno del armador macrista de la “primera hora”.
Por su parte, estrategas legislativos del Frente Renovador en campaña por el aspirante massista a la gobernación, Felipe Solá, manejan con convicción la inexistencia de “polarización electoral”, entre el peronismo del FpV y el Pro junto a sectores radicales en municipios del interior.