De nuevo aparecieron roedores en una escuela y en jardines
En dos entidades de nivel inicial se suspendió la actividad, mientras que en la primaria no fue necesario.
Cuando la invasión de roedores en distintos establecimientos públicos de la ciudad parecía haber quedado en el olvido, desde dos jardines de infantes y una escuela primaria de la zona periférica se denunció que encontraron algunas evidencias, tales como excrementos, hecho que obligó a la inmediata desinfección.
Uno de los jardines es el Nº 922, situado en Río Negro al 2200, y el restante es el Nº 928 de Paunero al 1000. En ambos casos, el miércoles los auxiliares –-dos en cada ins- titución-- se retiraron de sus lugares de trabajo respaldados por la ley 26.693 que alude a las condiciones de higiene que deben garantizar los edificios.
Es decir, ese día la actividad se vio restringida, de la misma manera que ayer. El total de chicos afectados entre los dos establecimientos de nivel inicial es de 323, teniendo en cuenta que al 922 concurren 164 alumnos y al 928, 159 chicos.
Si bien la información se dio a conocer ayer, el martes se hallaron rastros de lauchas en la Escuela Nº 36 de Pacífico al 1500, en Villa Nocito, el primer colegio en haber denunciado esta situación que luego se fue exten- diendo a otras entidades, a partir de marzo.
De todos modos, según explicó ayer a “La Nueva.” la directora suplente, Mónica Lanfranchi, en este caso no se debió suspender la actividad debido que la situación no afecta a aulas, salones ni espacios que pudieran perjudicar o poner en riesgo a los alumnos.
“Hoy (por ayer) la empresa que se encarga del control de plagas está trabajando y mañana (por hoy) no habrá cla- ses debido a la movilización por la llegada del gobernador”, aclaró.
Apenas sucedidos los hechos, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que nuclea a los auxiliares de la educación, emitió un comunicado donde advirtió que los porteros no se presentarán a sus trabajos hasta tanto se garantice la salubridad de los lugares.
La invasión de lauchas y ratas resultó una constante desde el propio inicio del ciclo lectivo.
Alrededor de 40 establecimientos de la ciudad resultaron afectados de manera intermitente. Uno de los lugares más perjudicados fue el jardín de infantes del barrio Espora, donde la actividad se normalizó recién después de dos meses de iniciados los inconvenientes.