Una pausa siempre viene bien
Según los especialistas, los chicos necesitan gastar energía, mientras que los padres, que no en todos los casos están de vacaciones como sus hijos, no dan abasto con sus demandas. Llegar a casa y encontrar más criaturas que de costumbre, más pelotazos contra el portón o simplemente más griterío, puede alterar a más de uno.
También aconsejan dejar que los chicos se aburran un poco y que ellos mismos hallen la forma de divertirse. Poner límites de horarios, alimentación y actividades es también esencial para que “vacaciones” no sea sinónimo de “descontrol”.
Pero medios de comunicación, productoras de espectáculos y hasta el mismo Estado ofrecen a esos padres desesperados la “salvación”, difundiendo una amplia agenda de entretenimientos para que los chicos se mantengan ocupados esas cinco horas que normalmente pasan en el colegio.
¿Pero es ese el único análisis posible? No, seguramente en la otra vereda estarán los padres que celebran la pausa en medio del ciclo lectivo para disfrutar de sus hijos, algo que, por la vorágine y la falta de tiempo, no pueden hacer en muchos otros momentos del año.
Claro está que no todos pueden hacen coincidir sus vacaciones con las de sus chicos y que tomar el auto, subir a toda la familia y hacer un viaje de placer, puede a veces significar un lujo.
Para colmo, además de la escuela, las actividades “extra” también se toman descanso. Deportes, idiomas, música u otras artes se hacen a un lado y, ahora, dejan su lugar al cine, teatro, circo, títeres, plazas y parques.