Liniers, campeón del torneo Apertura de la Liga del Sur
Con el 0-0 en Punta Alta, ante Rosario, hizo valer el 3-1 de la ida y conquistó el Apertura. Son 15, porque en 1934 fue campéon representando a la Asociación Bahiense.
Al empatar ayer sin goles frente a Rosario, en Punta Alta, Liniers se alzó con el título de campeón del primer certamen de la temporada en el fútbol de la Liga del Sur. Los albinegros hicieron valer la victoria por 3-1 conseguida el miércoles pasado en el inicio de la definición.
FINAL FELIZ PARA EL CHIVO EN EL COLOSO
Al número 15 se le asigna la virtud de descubrir lo oculto y alejar los males. Para el lenguaje aplicado a las tablas cabalísticas es “la niña bonita”, como sinónimo de inocencia, candor y juventud.
Liniers se alzó ayer, tras igualar sin goles en Punta Alta el cotejo revancha ante Rosario, con el decimoquinto título en la Liga del Sur. Y lo hizo a fuerza de méritos, de profesionalismo y responsabilidad, algo que caracteriza a la institución desde sus raíces.
"¿Que somos la niña bonita de la Liga del Sur? Y sí, porque es hermoso seguir disfrutando de vueltas olímpicas", resumió Julio Acosta, el goleador histórico del club, quien resultó vital en al partido de ida anotando dos de las tres conquistas del chivo en el decisivo 3-1.
En la Avenida se gestó la obra y, ayer, en el Coloso, se terminó rubricando.
En el desarrollo global la escuadra dirigida por Fabián Tuya (también festejó por primera vez como DT) mostró solidez defensiva y, pese a no contar con el dominio del balón, jugó con el nerviosismo del rival y sacó provecho de jugadores con experiencia en este tipo de definiciones.
Eso sí, tanto Liniers como Rosario tuvieron grandes dificultades para elaborar juego fluido e hilvanar situaciones de riesgo. En el primer período los equipos lucieron imprecisos y con escasa profundidad.
En el haber se registró un remate en el horizontal propiciado por Yago Castro, con la complicidad de Marcos Zárate; una salvada providencial de León y, para el local, un balón desviado por Partal en un tiro libre de Trotta, además de un reclamo infructuoso por una mano de Mauro Martínez que Di Lorenzo consideró casual.
En el complemento Rosario volvió con otra actitud (con Ovando y Mesa en cancha por Zweedyk y Joel Gómez), el cuadro de Katz arremetió con más fuerza, pero careció de ideas. Logró, eso sí, forzar un par de ocasiones y merodeó el área de Partal, aunque también se expuso a la contra y quedó descompensado, como en el zurdazo desviado de Acosta tras una indecisión entre Pedro Fernández y León.
La expulsión de Iubatti tampoco surtió efecto. Porque Franco entró para cubrir el lateral y Monzón le dio mayor respaldo a la zona de volantes, con una buena labor de Barez y Nievas en la recuperación.
En definitiva, Liniers se aferró a un empate que fue suficiente para abrazarse a la gloria.