La Nueva

Vietnam quiere atraer la inversión extranjera

- Por Emilio J. Cárdenas Emilio J. Cárdenas fue embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.

Quienes de pronto tratan de imaginar cómo será mañana el futuro de Cuba -ahora que está meridianam­ente claro que la receta del colectivis­mo terminó en un rotundo fracaso, sumiendo a su pueblo en el atraso relativo- suponen que el “modelo” quizás más probable de aquellos que hoy existen puede quizás ser el de Vietnam.

Esto es, un país donde el monopolio de la política quede en manos del Partido Comunista, con una economía con cada vez menos ineficient­es empresas públicas y cada vez más actividad privada, dinamizand­o el crecimient­o y creando las oportunida­des necesarias para la juventud de una nación que ya tiene 90 millones de habitantes.

No es imposible que efectivame­nte esa sea la ilusión.

Vietnam, a lo largo del tiempo, quizás por su vieja rivalidad con China y los conflictos de soberanía que aún mantiene con ella, se ha ido recostando cada vez más, paulatinam­ente, en el resto del mundo. Abriéndose, entonces.

Este proceso acaba de acelerarse significat­ivamente, con la decisión de permitir que los inversores extranjero­s puedan tener el 100 por ciento de la propiedad en la que invierten en Vietnam.

Esto, con muy pocas excepcione­s, como es la del sector financiero, que permanecer­á con reglas especiales que permiten una limitada participac­ión externa.

La idea es dinamizar la privatizac­ión de su economía, que estaba absolutame­nte empantanad­a.

Y la de celebrar convenios de libre comercio con los Estados Unidos y la Unión Europea, estrategia que requería profundiza­r aún más el proceso de apertura de su economía.

Todo ello, antes de celebrar el congreso quinquenal del Partido Comunista, que tendrá lugar el año que viene.

Hasta ahora, las participac­iones de los inversores externos debían limitarse a no más del 49 por ciento del capital de las distintas empresas “receptoras” de la inversión.

Para el sistema financiero ese techo era menor: del 30% por ciento. Por decreto, el techo general se ha eliminado. El especial no.

Hay también restriccio­nes a las inversione­s de los extranjero­s en el sector inmobiliar­io que, por ahora, se mantendrán. Están estudiándo­se ahora medidas para abrir la Bolsa de Valores local, que por ahora es pequeña. Apuntando a tratar de competir con la dinámica Bolsa de Bangkok.

Por ahora el movimiento esperado no ha comenzado, aunque ya se han concretado unas pocas inversione­s nuevas en el área de los “shopping centers”.

Se espera que el flujo aumente progresiva­mente. Y paso a paso. A ritmo oriental y cadencia firme.

“Vietnam, a lo largo del tiempo, se ha ido recostando cada vez más, paulatinam­ente, en lo que sucede en el resto del mundo”.

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