El Gobierno y un relato que ya no puede sostenerse
MENTIRAS. “Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá” fue el latiguillo del mesiánico nazi J.Goebbels.
Lo que “quedará” resultó ser la muerte de millones de seres humanos y la devastación de gran parte de Europa.
En nuestro país, durante más de una década, ese latiguillo se llama “relato” y sus efectos son catastróficos.
La constante devastación de la República, mediante la degradación de instituciones como los poderes Legislativo y Judicial; la corrupción de los gobernantes; la inseguridad jurídica; la educación inconsistente; la endeble seguridad física de sus habitantes; los principios del respeto al semejante degradados; el acoso hacia quienes no responden a los intereses de la facción política entronizada en el poder; el deterioro de la calidad de vida; la creciente pobreza e indigencia; la inflación, son algunos de los efectos de la realidad no relatada y sustituida con mentiras. Y qué decir del desempleo creciente por falta de creación de puestos de trabajo generadores de riqueza, pero con gobernantes enriquecidos robando recursos del Estado.
En los actuales tiempos electorales, cuando se enuncian las cosas buenas que hizo el kirchnerismo en doce años, sólo se mencionan la asignación universal por hijo y Aerolíneas e YPF en manos del Estado, irrelevantes frente a los graves problemas precitados y otros. En el próximo mes de agosto, los ciudadanos tenemos por fin la oportunidad de dar el primer paso, para cerrar en octubre esta década oscura y denigrante.
Emilio Zuccalá
Buenos Aires