Inauguran un valioso trabajo de Irel con la UTN
Un centro de desarrollo de la Universidad Tecnológica diseñó aparatología para el Instituto de Rehabilitación.
CON APORTE DE LOS ESTUDIANTES En convenio con la Universidad Tecnológica Nacional – Facultad Regional Bahía Blanca, el Instituto de Rehabilitación Integral (Irel) inauguró ayer en su sede de Alem 1585 una moderna camilla bipedestadora, que será de gran ayuda para pacientes que hayan sufrido ACV y lesiones medulares.
El diseño y la construcción estuvieron a cargo del centro de desarrollo Unitec, perteneciente a la UTN local y ubicado en el Parque Industrial. Más precisamente fue obra de los alumnos de Ingeniería Mecánica Matías Bariani y Juan Francisco Rodríguez, quienes tuvieron la supervisión del vicedecano de la facultad, el ingeniero Alejandro Staffa.
El miembro de la comisión directiva de Irel, Eduardo Norman Rígano, consideró “exitoso” el resultado del trabajo mancomunado entre dicha institución y la Universidad Tecnológica, las cuales “coincidieron en visión y misión, logrando un resultado que nos permite dar un salto de calidad en nuestras prestaciones”.
Rígano agregó que esta readaptación tecnológica es una condición necesaria para una organización social y civil como Irel, ya que la debe atravesar para sobrevivir en términos de sustentabilidad.
El ingeniero Staffa manifestó que “la universidad tiene como fin hacer docencia, investigación, desarrollo e invención”, mientras que una actividad con esta relevancia social “es un incentivo para los estudiantes, ya que pueden ver en aplicaciones concretas el rol social de la ingeniería”.
Según explicó Matías Bariani, alumno de 5° año de Ingeniería Mecánica, lo que destaca de esta camilla es la posibilidad de ser regulada en altura, así como en ángulo, el que pasa de 0 a 90 grados mediante una botonera eléctrica desde la cual se comandan las funciones.
“Lo importante es que el paciente puede pasar de una silla de ruedas u otro dispositivo a la camilla sin un gran esfuerzo de parte del terapista”, dijo el joven.
La otra mente involucrada durante los últimos dos años en la fabricación del aparato es la de Juan Francisco Rodrí- guez, que cursa materias de 4° y 5° año de Mecánica.
“Fue una búsqueda compleja de información, trabajamos con la metalurgia Be- met y dedicamos, según las exigencias del calendario, mucho de nuestro tiempo. Saber que estamos aportando algo útil para la sociedad es muy reconfortante”, analizó el futuro ingeniero. Comentá esta crónica en lanueva.com
La camilla, según se explicó, será de utilidad para pacientes que hayan sufridos accidentes cerebrovasculares o lesiones medulares.