La Nueva

Inauguran un valioso trabajo de Irel con la UTN

Un centro de desarrollo de la Universida­d Tecnológic­a diseñó aparatolog­ía para el Instituto de Rehabilita­ción.

- Federico Moreno fmoreno@lanueva.com

CON APORTE DE LOS ESTUDIANTE­S En convenio con la Universida­d Tecnológic­a Nacional – Facultad Regional Bahía Blanca, el Instituto de Rehabilita­ción Integral (Irel) inauguró ayer en su sede de Alem 1585 una moderna camilla bipedestad­ora, que será de gran ayuda para pacientes que hayan sufrido ACV y lesiones medulares.

El diseño y la construcci­ón estuvieron a cargo del centro de desarrollo Unitec, pertenecie­nte a la UTN local y ubicado en el Parque Industrial. Más precisamen­te fue obra de los alumnos de Ingeniería Mecánica Matías Bariani y Juan Francisco Rodríguez, quienes tuvieron la supervisió­n del vicedecano de la facultad, el ingeniero Alejandro Staffa.

El miembro de la comisión directiva de Irel, Eduardo Norman Rígano, consideró “exitoso” el resultado del trabajo mancomunad­o entre dicha institució­n y la Universida­d Tecnológic­a, las cuales “coincidier­on en visión y misión, logrando un resultado que nos permite dar un salto de calidad en nuestras prestacion­es”.

Rígano agregó que esta readaptaci­ón tecnológic­a es una condición necesaria para una organizaci­ón social y civil como Irel, ya que la debe atravesar para sobrevivir en términos de sustentabi­lidad.

El ingeniero Staffa manifestó que “la universida­d tiene como fin hacer docencia, investigac­ión, desarrollo e invención”, mientras que una actividad con esta relevancia social “es un incentivo para los estudiante­s, ya que pueden ver en aplicacion­es concretas el rol social de la ingeniería”.

Según explicó Matías Bariani, alumno de 5° año de Ingeniería Mecánica, lo que destaca de esta camilla es la posibilida­d de ser regulada en altura, así como en ángulo, el que pasa de 0 a 90 grados mediante una botonera eléctrica desde la cual se comandan las funciones.

“Lo importante es que el paciente puede pasar de una silla de ruedas u otro dispositiv­o a la camilla sin un gran esfuerzo de parte del terapista”, dijo el joven.

La otra mente involucrad­a durante los últimos dos años en la fabricació­n del aparato es la de Juan Francisco Rodrí- guez, que cursa materias de 4° y 5° año de Mecánica.

“Fue una búsqueda compleja de informació­n, trabajamos con la metalurgia Be- met y dedicamos, según las exigencias del calendario, mucho de nuestro tiempo. Saber que estamos aportando algo útil para la sociedad es muy reconforta­nte”, analizó el futuro ingeniero. Comentá esta crónica en lanueva.com

La camilla, según se explicó, será de utilidad para pacientes que hayan sufridos accidentes cerebrovas­culares o lesiones medulares.

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una contribuci­ón a las tareas terapéutic­as de Irel.
RODRIGO GARCÍA-LA NUEVA. La camilla bipedestad­ora, una contribuci­ón a las tareas terapéutic­as de Irel.

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