El corte de los trenes de Ferrobaires afectará a casi 10.000 usuarios de Bahía y la región
Es la incidencia mensual en cuanto a viajeros que se trasladaban a Buenos Aires o a estaciones intermedias. La suspensión de los servicios la dispuso la gobernadora María Eugenia Vidal, tras chocar dos formaciones en la localidad de Rawson.
SERVICIO MALO PERO BARATO La decisión de cortar los servicios ferroviarios entre nuestra ciudad y Plaza Constitución dispuesta ayer por el gobierno provincial implicará un duro golpe para los casi 10 mil pasajeros que mensualmente utilizaban este transporte y un número similar que se trasladaba entre las estaciones intermedias.
De no revertirse a corto plazo, la medida puede suponer un riesgo de muerte para varios pueblos pequeños de la región como Tres Picos, Dufaur y La Colina, entre otros, donde si bien el tren es utilizado por un escaso número de pasajeros, sigue constituyendo un medio de transporte esencial.
Incluso posee un gran impacto en la economía de las clases menos pudientes que veían en el precio del servicio, pese a su precariedad (si es que puede llamarse servicio), una opción para viajar a la Capital. En clase turista el precio era de 150 pesos, en primera 200 pesos y en pullman 300.
Aún no está claro qué ocurrirá en lo sucesivo con la moderna formación de Trenes Argentinos, con locomotoras y vagones de origen chino, que sale de Plaza Constitución los viernes a las 19.52 y llega a la Estación Sud el sábado a las 8.28, para salir luego los domingos a las 19.15 y arribar a Buenos Aires a las 7.54 de los lunes. En este caso, el valor de los boletos es mayor, aunque se trata de un muy buen servicio que solo tiene como punto negativo la cantidad de horas, producto del estado de las vías. La tarifa en primera es de 460 pesos, en pullman 555 pesos y camarote 1.610.
Si bien hay quienes aseguran que este último servicio quedará al margen de la medida, al estar motivada no solo en el pésimo estado del material rodante de Ferrobaires sino también de las vías es posible que los rieles sean únicamente utilizados por trenes de carga.
También es incierto el futuro de los 2.700 trabajadores de Ferrobaires, de los cuales unos 200 cumplen funciones en Bahía Blanca, incluyendo estaciones, talleres, vías y obras.
Tal como venimos anticipando en anteriores ediciones, sin obras en marcha desde hace varios meses ni definición oficial alguna, el servicio ferroviario local tenía los días contados, así co- mo los proyectados trenes a Neuquén y San Carlos de Bariloche resultan una utopía.
Para graficar que el derrumbe ferroviario llegó hasta límites tan vergonzosos como insospechados, alcanza con decir que hace 113 años los trenes a Capital tardaban 10 minutos menos que los chinos y dos horas menos que los de la Provincia, pese a las abismales diferencias de tecnología.
La anunciada renovación de vías, uno de los pilares fundamentales para aumentar la velocidad, sigue en veremos y en los ámbitos ferroviarios consultados no existe novedad alguna.
Distinto es el panorama de los trenes metropolitanos, que cubren un área con millones de usuarios y votantes. Anunciaron fuertes inversiones.