La industria frigorífica permanece atada a la eficiencia de la ganadería
Para 2025 se prevén exportaciones por U$S 7.000 millones. Pero existen condicionantes: hay que llegar a 58 millones de cabezas, mejorar la calidad del rodeo, aumentar el peso de faena e incrementar la oferta de novillos.
EN PROCURA DE UN SITIAL PERDIDO En el contexto actual del sector ganadero bovino, en constante crecimiento en el número de cabezas totales, hay cada vez más voces que coinciden en ratificar un inmejorable momento para dar el salto de calidad.
En tal sentido, las proyecciones respecto de un actor de trascendencia en la cadena, como el frigorífico, son altamente auspiciosas.
Según el Consorcio de Ex- portadores de Carnes Argentinas ABC, para 2025 se estima un incremento de la faena del 29%, llegando a las 16 millones de cabezas, y un aumento del 47% en la producción, proyectada en 4 millones de toneladas de carne.
En cuanto al consumo, se mantendría estable en 2,5 millones de toneladas, y prevén que las exportaciones alcanzarán 1,5 millones de toneladas, lo que representa unos U$S 7.000 millones.
De esta manera, nuestro país volvería a ubicarse entre los principales cinco exportadores mundiales de carne vacuna.
Las conclusiones se ofrecieron en la última edición del Seminario Carne Argentina 2030, que se realizó en la CABA.
De todos modos, las condiciones para que esto suceda no son pocas. A la mayoría, el sector ya las conoce. Y todas están relacionadas en lograr una mayor eficiencia. Veamos: Para lograr el crecimiento será necesario mejorar la calidad del rodeo y aumentar el peso de la faena por animal, así como incrementar la oferta de novillos y la tasa de extracción de la faena.
Asimismo, será fundamental realizar inversiones en tecnologías que garanticen una mayor productividad y faciliten el crecimiento del stock ganadero para llegar en 2025 a las 58 millones de cabezas.
Los especialistas entienden que será fundamental, para lograr este estatus, el acceso a nuevos mercados y el crecimiento del consumo interno de otras carnes complementarias como el pollo, el cerdo y el pescado, y así lograr una dieta de proteínas animales más equilibrada, como en el resto del mundo.
En cuanto a las políticas públicas, será necesario establecer un marco regulatorio a largo plazo, que instituya mejores condiciones sanitarias y que vele por la formalización de la cadena, otorgando previsibilidad y competencia igualitaria a todos los operadores del sector.
La erradicación definitiva de la evasión en carnes será la herramienta fundamental para motorizar la actividad frigorífica y desarrollar nuevas inversiones en la actividad.
Es fundamental el crecimiento del consumo interno de otras carnes complementarias, como el pollo, el cerdo y el pescado.
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