Bagdad: más de un centenar de muertos en 2 ataques del EI
Un camión frigorífico lleno de explosivos estalló frente a una heladería y mató a al menos 125 personas. Horas después, otro coche bomba explotó en un segundo mercado popular.
Unas 130 personas murieron ayer y más de 160 resultaron heridas en dos atentados en Bagdad y el más sangriento, reivindicado por el Estado Islámico (EI), tuvo como objetivo un abarrotado centro comercial, justo cuando cientos de familias salían a la calle a la madrugada tras romper el ayuno diario de Ramadán, el mes sagrado del islam.
El atentado golpeó la zona comercial de Al Karrada poco después de la medianoche, especialmente la heladería más popular y antigua de la capital iraquí, uno de los puntos más concurridos durante las madrugadas del mes de Ramadán, cuando las calurosas noches de verano se convierten en el principal momento de socialización.
Según fuentes policiales y hospitalarias, un camión frigorífico lleno de explosivos se estacionó frente a la heladería y estalló, matando al menos 125 personas murieron, entre ellas varios niños y mujeres, y unas 150 resultaron heridas.
Pocas horas después, un segundo coche bomba explotó en un segundo mercado popular, en el barrio de Shaab, en el noreste de Bagdad, otra zona de mayoría chiita, una de las tres comunidades étnica o religiosas que componen el país y la que desde la invasión de Estados Unidos en 2003 dirige el gobierno nacional.
En ese segundo atentado, que por ahora no fue reivindicado por ningún grupo, al menos 5 personas fallecieron y otras 16 resultaron heridas, según informaron fuentes policiales que pidieron mantenerse anónimas, según la cadena de noticias Al Jazeera.
La mayoría de las víctimas de ayer fallecieron quemadas o sofocadas dentro de un shopping y un centro de entretenimientos de varios pisos, el eje alrededor del cual giraba esa zona comercial.
El enorme edificio quedó en pie, pero calcinado casi por completo. Lo mismo sucedió con los autos y todo lo que estaba alrededor.
El atentado fue repudiado por el gobierno de EE.UU., la ONU, el grupo islamista chiita libanés Hezbollah, la Unión Europea y Argentina, entre otros.
Cuando la policía recién empezaba a recolectar los cuerpos de las víctimas que habían quedado calcinados y desparramados en el suelo, el EI reivindicó la autoría del ataque en un comunicado difundiendo por las redes sociales y por páginas web vinculados a milicias extremistas.
"Con el permiso de Dios proseguirán los ataques de los muyahidines contra los renegados", advirtió el grupo radical.
El primer ministro Al Abadi intentó tranquilizar a la población y prometió que "la victoria está muy cerca". A cambio, recibió abucheos y gritos.