La antesala del 9 de Julio, en una velada patriótica
Una familia local tuvo la idea de armar una postal de época, con vestimentas, bailes y comidas típicas que recrearon aquellas horas de 1816.
Con Sonia emulando a la Patria viva, y su beba Ada como sinónimo del futuro que nos invita a creer, en la casa de los Funke, casi medio centenar de bahienses aguardaron el arribo de la fecha patria, del Bicentenario. Hubo bailes y comidas típicas, con vestimentas de la época. Pero, sobre todo, un sentido de la argentinidad que se hizo carne en todos.
La idea pasaba por recrear una noche cargada de argentinismo, a puro baile, al ritmo del gato, la ranchera y el pericón. Con vestimentas de época y saboreando comidas típicas, claro.
Así, la familia Jonke engalanó su casa, ubicada en Bosque Alto, con una anfitriona especial: María Angélica Santamaría, una mujer que sabe muy bien lo que es vivir por el prójimo. De hecho, es la sensible presidenta del grupo ALMA (Asociación de Lucha contra el Mal de Alzheimer en Bahía Blanca).
Como hace 200 años, en la casa de doña Francisca Bazán de Laguna, cuando 33 diputados renunciaron a toda dominación extranjera y declararon la Independencia.
En un clima de concordia y fervor patriótico, alrededor de 50 bahienses parecían apostar a que los festejos dejen paso a un nuevo tiempo de reconstrucción y fraternidad, quizás inéditos en los años recientes.
"Somos familia, amigos, gente que aún sueña con un país mejor", señalaba Aldo Laspada, no sin antes advertir, orgulloso, que se trataba del padre de Mauro.
Pero más allá de recrear el pasado glorioso, todos enfocaban el futuro, Ese que debe asentarse de una buena vez, y por siempre, en el ejemplo de aquellos inolvidables hombres de Tucumán.
Y que bien sintetizó Sonia, simulando a la Patria, con su beba Ada, de tres meses, en brazos..
Ya en la medianoche, todos, allí, entonaron las estrofas del Himno Nacional.
Y entre abrazos, besos y buenos augurios en celeste y blanco, el arribo del Bicentenario se hizo realidad.