Cristina
Durante los doce años en los cuales gobernaron el país, los Kirchner montaron un engranaje periodístico para defender su política. Favorecieron, con plata de los contribuyentes, a los diarios que le eran afines. El caso más escandaloso fue el de Tiempo Argentino, un matutino insignificante al que se le extendió una pauta publicitaria multimillonaria. Sus beneficiarios no fueron los trabajadores de ese medio, precisamente, sino sus dueños: Sergio Spolski y Matías Garfunkel, que lo llevaron a la quiebra y se alejaron lo más campantes.
El jueves, la expresidenta Cristina Fernández llegó a lo que queda de la redacción despreocupada, como si fuese ajena a la suerte que corrió el matutino hoy cerrado. El personal que la recibió lo hizo con reproches. Quiso defenderse y dijo que ella no le había dado la plata a Spolski y a Garfunkel. No mintió. En realidad el despilfarro kirchnerista –incluido el de Tiempo Argentino- lo pagamos con nuestros impuestos.