Una “persecución” necesaria
KIRCHNERISMO. Cristina Kirchner y sus funcionarios, procesados hace años, denuncian que sufren una persecución política.
El significado de la palabra "persecución" indica que es el conjunto de acciones represivas, persistentes, realizadas por un individuo o un grupo específico, sobre otro grupo o individuo, del cual se diferencia por la manera de pensar o por determinadas características físicas, religiosas, culturales, políticas, étnicas u otras.
En el diccionario de la Real Academia Española encontramos: “Instancia enfadosa y continua con que se acosa a alguien a fin de que condescienda a lo que de él se solicita”.
La acción persecutoria que denuncian los procesados del gobierno K queda refutada, en primer lugar, porque las acusaciones comenzaron hace casi diez años. Es de público conocimiento que dichas causas casi no tuvieron curso hasta ahora.
La explicación y disparate de comparar este accionar de la Justicia, representada por un Poder de un Estado Democrático, el Judicial, con el de grupos de tareas o paramilitares o de inteligencia es un argumento insostenible.
No se persigue a una persona acusada de cometer un delito, sino que se la acusa, procesa y, si después del juicio se concluye que es culpable, será condenada y terminará presa.
Nadie está maltratando, ni acosando y menos reprimiendo a un grupo o individuo por pensar diferente en política -dejo de lado lo cultural por obvias razones-, sino que se está investigando, acusando y procesando de acuerdo los preceptos constitucionales, luego de un letargo, a quienes supuestamente delinquieron y vaciaron el país con pruebas que al parecer son contundentes y aportadas con anterioridad. Dichos procesos gozan de todas las Garantías Constitucionales, lo que se percibe claramente.
No se está “persiguiendo” a nadie, sino que la Justicia está haciendo la labor que le incumbe.
Alejandro Olmedo Zumarán