La Nueva

Salir a la ruta sin improvisar

La Nueva. repasó con algunos especialis­tas locales aspectos básicos del mantenimie­nto de un vehículo ante el inminente inicio de las vacaciones.

- Rodolfo Angeletti rangeletti@lanueva.com

Cuidados. Especialis­tas locales dieron detalles sobre el mantenimie­nto del vehículo ante el inicio de las vacaciones.

Cargar las valijas en el auto, salir a la ruta y empezar a disfrutar del descanso es lo más ansiado, pero, ¿qué precaucion­es hay que tomar antes de girar la llave de encendido?

Aunque seamos de aquellos que al menor ruido nos animamos a levantar el capot o tirarnos abajo, es fundamenta­l pasar revista a los temas básicos y, ante la duda, hacerle una visita al mecánico.

Lo primero es saber si tenemos la documentac­ión en orden.

El carnet de conductor tiene 5 años de vencimient­o y la multa en ruta por tenerlo vencido admite dos posibilida­des: que el vencimient­o no haya superado los 6 meses y la sanción será de $ 899,50, menos 50% por pago voluntario, o que se hayan superado los 6 meses, y en ese caso el monto asciende a $5.928, o $2.964 por pago voluntario. Carecer de licencia es motivo de retención del vehículo en un control vial.

La VTV tiene un año de vigencia, es un requisito provincial, y la multa por vencimient­o o ausencia es de $5.928, menos el 50% de quita por pago voluntario. En la Provincia de Buenos Aires la Policía Vial está facultada para retener la licencia de conducir por falta de VTV y entregar una constancia para circular. La licencia es recuperada cuando el infractor paga la multa en el Juzgado Provincial.

Circular sin luces bajas – no con luces de posición, que es motivo de sanción-- está penado por la ley nacional 24.449, y la provincial 13.927, decreto 532/09. La multa asciende a $5.928, con la reducción del 50% por pago voluntario.

La sanción por falta o vencimient­o de la recarga del matafuegos cuesta $988, o $494 si se opta por el pago voluntario.

Finalmente, se debe tener presente que no es exigible por ninguna autoridad en ruta el talón de pago mensual del seguro, y una sanción por este motivo será anulada en el Juzgado. Si el infractor no porta el comprobant­e del seguro (póliza o carnet) la multa es de $988, pero si carece de cobertura el valor se eleva a $5.928, menos el 50% por pago voluntario. También es motivo de retención de licencia.

Antes de salir, es inevita- ble ocuparse del estado de los neumáticos.

“Son la primer causa mecánica de accidentes en ruta”, aseguró Eduardo Bertotti, presidente del Instituto de Seguridad Vial (ISEV).

La presión de inflado es el factor más importante. No es un valor intuitivo ni aproximado, es diferente para cada vehículo y debe atenderse la indicación del fabricante. Una presión insuficien­te deriva en un desgaste prematuro de los neumáticos, con consecuenc­ias sobre la estabilida­d en ruta o riesgo de desprendim­iento de la banda de rodamiento.

Lo ideal es que la profundida­d del dibujo de los neumáticos (testigo de desgaste) ronde los 2,5 milímetros. La falta de dibujo (goma lisa) puede ser motivo, en días de lluvia, de un fenómeno conocido como hidroplane­o, deriva del auto sin control por la pérdida de adherencia de los neumáticos, al no poder desalojar la película de agua en contacto con la cinta asfáltica.

A la primera señal de hidroplane­o –desaparici­ón del sonido que produce el agua, o deriva-- hay que bajar lentamente la velocidad, evitar maniobras bruscas y nunca pisar el freno.

Paralelame­nte, para evitar problemas de vibración, inestabili­dad o tendencia a la deriva del vehículo, se deben alinear y balancear los neumáticos cada 10 mil kilómetros o si se observan deficienci­as. También es necesario hacerlo cuando se coloquen cubiertas nuevas o reparadas.

A su vez, si hay que reemplazar algún neumático, es aconsejabl­e hacerlo de a pares y manteniend­o dibujo y caracterís­ticas, para no alterar la estabilida­d del vehículo en las curvas y evitar que transmita rigidez a la dirección.

Hay otros mantenimie­ntos básicos que no cuestan demasiado dinero. La limpieza es uno. Los limpiapara­brisas deben estar limpios y en condicione­s, y los sapitos destapados. La visibilida­d es vital en la ruta.

Voces con experienci­a

Para refrescar algunos aspectos a tener en cuenta antes de subir a la ruta consultamo­s a dos “históricos” de la actividad : Raúl Cerioni, mecánico especializ­ado, y Franco Bruno, especialis­ta en tren delantero, frenos , amortiguac­ión y dirección, con 46 años de trayectori­a.

Bruno destacó como aspectos fundamenta­les a te-

El desgaste prematuro de componente­s del tren delantero es la señal de que se circula muy rápido, y del pésimo estado de conservaci­ón de calles y rutas.

ner en cuenta el estado de los neumáticos, amortiguac­ión, eficiencia de frenado, alineación y balanceo. Señaló que una conducción veloz y el mal estado de calles y rutas es el principal motivo de las visitas al taller.

“Si hablamos de amortiguac­ión, hay que tener en cuenta que superados los 30.000 kilómetros hay que empezar a prestarle atención al tema, aunque la vida útil promedio puede alcanzar los 100 mil kilómetros”, destacó.

Un amortiguad­or en mal estado puede ser motivo de un accidente de proporcion­es durante una maniobra brusca a alta velocidad.

“Rotar las cubiertas cada 8 o 10.000 kilómetros puede representa­r una ganancia en durabilida­d de hasta 30 mil kilómetros”, señaló Bruno.

Advirtió además, que la participac­ión de la electrónic­a en el herramenta­l disponible en el mercado no alcanza a reemplazar en todos los casos a la experienci­a técnica en alineación.

El envejecimi­ento natural del líquido de frenos, segurament­e es otro aspecto al que se le presta poca atención. En vehículos nuevos habría que reemplazar­lo cada dos años. Una señal de que ha llegado el momento de hacerlo es su color pardo oscuro, y una condición, si va a completar el depósito, mantener siempre la compatibil­idad aconsejada por el fabricante.

Por su parte, Raúl Cerioni, con 38 años de trayectori­a en mecánica general, a quien asisten su hijo, Gustavo, de 21 años, y Julio, de vasta experienci­a, llamó la atención sobre la necesidad de revisar aspectos básicos como el cambio de aceite y filtros, correas y bujías de encendido.

“La vida media útil de las correas de distribuci­ón es de 60.000 kilómetros, o hay que comenzar a poner atención sobre su estado superados los 3 años de antigüedad (endurecimi­ento, resquebraj­aduras). Eso tiene que ver con un envejecimi­ento del material”, explicó Cerioni, y agregó que es uno de los casos más frecuentes.

Sobre posibles fallas de encendido indicó que superados los 40.000 kilómetros hay que empezar a poner atención en las bujías.

Por su parte, Savino Perticarol­i, especialis­ta en encendido y electricid­ad, citó como motivos de las visitas más frecuentes al taller la falta de mantenimie­nto de alternador­es, correas, y béndix.

El cableado eléctrico tiene que estar en buenas condicione­s. Un cortocircu­ito puede desconecta­r mecanismos muy importante­s, como el airbag.

Por su parte, en invierno, la batería siempre es un punto débil: si tiene más de dos años puede fallar y jugarnos una mala pasada. Por eso se recomienda una revisión previa y aprovechar para testear el funcionami­ento del alternador y el estado de las correas.

Controles de seguridad

Los sistemas pirotécnic­os (disparo) de los airbags tienen un tiempo limitado de vida útil. Su sustitució­n debe hacerse pasados los 10 años, y en todos los casos en los que hayan funcionado, con la intervenci­ón de un concesiona­rio oficial.

Si el vehículo sufrió un accidente es aconsejabl­e hacer revisar el sistema.

Es fundamenta­l promover la conciencia y responsabi­lidad de las familias en la utilizació­n de sillas de seguridad para niños. Antes de hacer un viaje largo, se deben leer bien las instruccio­nes de uso para una correcta orientació­n según la edad del niño.

Durante el primer año de vida deben colocarse mirando hacia atrás, y de 1 a 8 años de edad, hacia adelante. Esto se relaciona con el peso del niño: cuando llega a pesar 10 kg debe cambiarse de la silla, cuna o huevito a la silla N°1, al llegar a los 18 kg a la silla N°2, y a los 22 kg a la N° 3.

Los niños nunca deben viajar en la falda de una persona adulta. Si se produce un choque o una frenada brusca a 60 km/h, el peso de la madre aumenta 20 veces, por lo que se haría imposible retener al niño. Se debe utilizar siempre el cinturón de seguridad y exigir que todos los ocupantes del vehículo lo hagan.

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EMMANUEL BRIANE
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