Jardín zoológico
Hace 85 años, en julio de 1931, el ministerio de Obras Públicas de la Provincia dio a conocer los beneficios de convertir al parque Independencia local en un jardín zoológico.
Desde su creación en 1911, el paseo tuvo un espacio destinado a ese uso, apuntando principalmente a contener especies autóctonas.
Habilitado con solo algunas pocas especies, en 1931 la visita del director del zoo de La Plata dejó en claro el potencial del lugar.
“Siendo Bahía Blanca el centro de la zona más rica del sud y el lugar convergente de las actividades industriales, comerciales, educativas y culturales, un zoológico contribuiría al cultivo y desarrollo de esta rama de los estudios, que tiene relación con la enseñanza, las fuentes agrícolas y ganaderas, las riquezas del mar y la fauna”, escribió el funcionario en su informe, al tiempo de dar cuenta que el zoo era por entonces “un lugar postergado”.
Mencionó al zoo como una “institución de índole cultural”, al cual todas las escuelas podrían visitar. “Su renombre repercutirá por las cercanías y las generaciones próximas, y los visitantes de paso o temporarios hallarán motivos de interés”, señaló.
También planteó que el lugar serviría para perfeccionar las razas domésticas y los animales de “piel de precio”, en referencia a la industrialización de la nutria, el zorro y “otras fuentes de riqueza”.
El proyecto contemplaba la construcción de nuevas jaulas (para monos, fieras, bisontes y serpientes), corrales y hasta una roquería para alojar lobos de mar.
El zoo del parque Independencia cerró el siglo XX severamente cuestionado por entidades proteccionistas que planteaban su cierre definitivo, contrariadas por el cautiverio de los animales.
El año pasado fue finalmente desmantelado.