Bella Vista y Tiro Federal jugarán la final del Apertura
El conjunto de Mungo jugó un mal primer tiempo, pero reaccionó en el complemento y sacó a relucir su categoría para dar vuelta la historia. Los portuarios cerraron con dignidad una buena campaña en el torneo Apertura.
Casi nunca nos planteamos qué sentirá el equipo rival en la derrota. Dolor, humillación, pesadumbre..., los síntomas más comunes. Sin embargo ayer, en La Loma, Puerto Comercial perdió y se retiró con la cabeza alta, dejando hasta la última gota de sudor y siendo superado por un equipo que recién lo doblegó en el complemento.
Los portuarios hicieron méritos para llegar hasta donde llegaron. Y si la alegría llegó a su fin fue porque enfrente estaba el mejor equipo de la fase regular, el que supo reacomodar los tantos para cambiar a tiempo, dejar de lado la floja producción de los 45 iniciales e imponerse por la categoría de sus jugadores.
La tarde pintaba esquiva para los dirigidos por Mungo. El rival le superpobló el medio, cortó la conexión entre Priore y Machaín, y lo exigió con movilidad y presión. Tras dos acciones ofensivas que lo tuvieron como protagonista, Kessler no perdonó tras un penal bien sancionado por Di Lorenzo, tras una mano de Lebbad ante un remate de Medina.
Encima, Romero se lesionó, pero a su reemplazante, Franco Sacomani, lo esperaba una sorpresa mayúscula.
Bella Vista chocó una y otra vez con un equipo bien plantado, y no tuvo ideas.
El complemento fue otra historia. Comercial se refugió y apostó a la contra; Mungo, en tanto, soltó a los laterales y le dio libertades a Machaín.
Así encontró los espacios y rápidamente halló el descuento ante una defensa mal parada. Mariano Sacomani cambió de frente, Priore alargó para Machaín y éste definió a rastrón tras una larga corrida.
Los portuarios sintieron el impacto. Y la herida se profundizó cuando Ihitz mandó un centro cruzado, Macha se la sirvió a Franco Sacomani y el disparo cruzado desacomodó al golero Taboada.
Tras cartón se fue expulsado Emiliano López y todo se hizo cuesta arriba. Salgado lo tuvo de penal (Cartes lo derribó a Martínez), pero el tiro reventó un palo.
El cierre llegó por decantación. La suerte ya estaba echada.