Más creatividad que dinero
La propuesta Desde los primeros trazos se buscó la generación de bloques sólidos y vacíos, un acomodo en el que se juega con su altura en torno a un patio central. Con ello se logran espacios estáticos (sala, habitaciones, estudio) y dinámicos (escaleras, pasillos). El interior es rico en texturas, las cuales no producen de manera artificial, generadas con el paso del tiempo y que de ninguna manera son negados. No importa si existe pintura desgastada, tabique expuesto, vegetación saliendo de los muros o vigas que ahora cumplen funciones casi escultóricas: nada se toca, la única “limitante” es la conservación del edificio. El resultado, espacio donde los contrastes son armónicos, los materiales aportan sus colores y presencia y el edificio --que parecía condenado al olvido-- demuestra que con una intervención que tiene más de creatividad que de dinero, ha vuelto a ocupar el centro de la escena.