La falta de controles, el cuarto factor en el colapso del pavimento
Que las calles de la ciudad nunca estuvieron tan arruinadas es una verdad que casi nadie discute. Que se trata de un tema multicausal, tampoco. Sin embargo, a la falta de mantenimiento, el clima húmedo y los desastres de ABSA hay que sumarles una cuarta razón: la histórica carencia de controles sobre las obras de pavimento que se han realizado al menos en los últimos diez o quince años y que, para muchos expertos, terminaron en los desastres que los automovilistas y ciclistas bahienses deben afrontar ahora.
¿Por qué el asfalto bahiense se rompe tanto y tan rápido?
No sólo la histórica falta de inversión, el escaso mantenimiento o las falencias de ABSA alcanzan para explicar la debacle en materia de asfalto en Bahía.
El problema es una mesa de cuatro patas poco y nada se habla de la cuarta, tanto o más importante que las anteriores.¿Cuál es? La ausencia o laxitud de los controles, durante y después de las obras, desde hace muchos años.
De lo contrario, ¿cómo podría explicarse que obras recientes como la repavimentación de la calle 12 de Octubre (2012-2013), el camino de La Carrindanga (2010) o la ruta que va desde la Autovía Juan Pablo II hasta Grünbein, pasando por Espora, por mencionar solo algunas, ya muestren baches o agrietamientos?
El propio intendente municipal, Héctor Gay, mencionó en su campaña electoral la necesidad de ajustar los mecanismos de control, asumiendo que muchas de las fallas que registra el pavimento son consecuencia de su ejecución defectuosa, la cual puede incluir una mala ejecución estructural --base y sub base-- como de la propia carpeta.
El municipio cuenta hoy con cuatro inspectores, cantidad que aparece como exigua para supervisar todos los trabajos que se realizan en la materia: bacheo, entoscado, perfilado, pavimentación, nivelación y construcción de cordón cuneta, por mencionar algunos.
La modalidad de trabajo es variable.
Ahora, en el inicio de la pavimentación de 135 cuadras, cada uno de esos agentes será asignado a una de las empresas adjudicatarias de los trabajos, con lo cual deberá controlar la ejecución de 12 cuadras por mes, cada uno.
Ese ritmo de trabajo --60 cuadras mensuales-- exige además una respuesta adecuada para conocer los ensayos a que debe ser sometido
Los baches constituyen también un peligro de tránsito, sobre todo para los ciclistas que deben sortearlos y, a su vez, evitar a los vehículos que los esquivan.
tanto la estructura interna del pavimento como la carpeta de asfalto, buscando determinar los valores de estabilidad y deformación y la calidad de la compactación del terreno.
En tal sentido, habría que preguntarse cómo fue realmente el trabajo de control años antes, cuando, según cifras oficiales, el municipio llegó a pavimentar o repavimentar 400 cuadras anuales.
No menos relevante es que hoy el municipio disponga de un único laboratorista, lo cual aparece a todas luces como insuficiente para la cantidad de muestras y probetas a ensayar.
La necesidad de un control anual
Los especialistas señalan la necesidad de hacer al menos un control anual del pavimento. El mismo permite verificar que no ha sufrido daños y, en caso de tenerlos, intervenir de manera inmediata para evitar consecuencias mayores.
De acuerdo con lo que.pudo averiguar La Nueva , la Comuna tuvo --hace más de 10 años-- un programa de sellado de fisuras, que son las grietas por la que comienza a filtrarse el agua que deteriora cada día el pavimento.
Se trata de una intervención clave cuando se detecta la denominada "piel de cocodrilo".
Previo a su realización deben limpiarse pavimento y fisuras, utilizando escobillón y aire comprimido.
Se rellenan las fisuras con mezcla asfáltica de graduación fina y se aplica una sustancia para sellarla. Se nivela y finalmente se compacta.
Los trabajos se realizaban con personal propio municipal y luego se tercerizaron, para finalmente dejar de ejecutarlos. ¿La razón? Dicen que era caro.
Uno de los sitios donde pueden verse ejecutadas este tipo de tareas es en calles del barrio Palihue, donde el inmediato sellado evitó que hoy muchas de ellas sean un lecho de baches.
El siguiente control que debe hacerse es el de los hundimientos, los cuales se generan por una falla en el "contrapiso", que debe reconstruirse para que la solución sea definitiva.
Empresarios de la construcción consultados mencionaron que muchas calles pavimentadas en la década del 90 registraron deficiencias al poco tiempo.
Las fallas más comunes
Realizados algunos estudios se detectó que la causa estaba en el suelo-cemento empleado en la sub base (contrapiso), que al ser demasiado rígido generaba un comportamiento inadecuado de la carpeta. Hoy se utiliza una mezcla de tosca y piedra, que ofrece la misma resistencia pero se comporta de manera más elástica.
Otra falla habitual es el ahuellamiento, que produce la elevación de las áreas adyacentes y la fisuración.
“Empresas serias e idóneas”
Las fuentes consultadas definen a las empresas del rubro de pavimento locales como "serias e idóneas", con experiencia y equipamiento adecuado.
En general no se registra un porcentaje importante de tareas rechazadas por mala ejecución.
Sin embargo se considera que es clave que la inspección de obra tenga un importante respaldo del municipio para ejercer su tarea, evitando todo tipo de cercanía con las empresas o de éstas con las secretarías respectivas.
Sin caer en una exigencia estricta, expertos sugieren nmantener una postura rígida y exigente.
"El hombre es bueno, pero si se lo vigila es mejor", decía Juan Perón.
Las calles con vida útil cumplida
Hoy, el 70% de las calles pavimentadas de la ciudad (unas 2.800 cuadras) ha cumplido su vida útil, según admiten los funcionarios municipales, lo que pone de manifiesto la realidad con la cual deben lidiar los 170 mil vehículos que conforman el parque automotor.
Esto, además de una mayor firmeza en los controles de las obras en marcha o por venir, desnuda también la completa y antigua falta de un plan de mantenimiento por parte del municipio, cuya ausencia modifica la vida