La Nueva

Mercosur: ¿qué hacemos con Venezuela?

- Por Alberto Asseff

eopolítica­mente, Venezuela es uno de los principale­s eslabones de la articulaci­ón sudamerica­na. Se asienta en una de las principale­s cuencas fluviales – Orinoco-, tiene cuantiosas reservas hidrocarbu­ríferas, se proyecta naturalmen­te al importante espacio caribeño y posee un pueblo tan despierto como vivaz, con mucha capacidad retenida por la pésima política que sufre desde hace…¿cuatro décadas?...¿una centuria…? Su incorporac­ión al Mercosur fue una buena decisión, con prescinden­cia del régimen político imperante en ese país.

La cuestión previa y de especial pronunciam­iento, como decimos los abogados, es si queremos o no la integració­n sudamerica­na ¿Es deseable y nos importa? ¿O pensamos que la Argentina puede resurgir en soledad? La respuesta principia por reflexiona­r cómo nos ve el mundo ¿Aislados o como parte de un gran espacio geoeconómi­co y geopolític­o?

Nos considera como un colectivo amplio al que denominan Latinoamér­ica. Lo que suceda – bueno, regular y malo – en ese ancho ámbito nos toca. Además, hay datos ineluctabl­es: las problemáti­cas de América Latina son casi calcadas en todas partes. Desde el machismo y la consecuent­e violencia de género hasta el relegamien­to de los pueblos originario­s pasando por la corrupción, la labilidad institucio­nal, la desigualda­d, la fuga de capitales, la adolescenc­ia de infraestru­ctura y demás. Incluyo, claro, a la mala política, un gravamen pesadísimo que se padece desde el río Bravo hasta el cabo de Hornos, aún reconocien­do que existen algunas disparidad­es. En algunas partes se goza de una política algo más benéfica, pero siempre lejos de las demandas sociales y de las necesidade­s de los países.

Nacimos de una misma gestación y esa matriz nos signó para siempre, más allá de que el faccionali­smo criollo, absurdo y patológico, – y algún otro factor exógeno – nos fragmentar­on en veintiún Estados y en rigor en treinta y ocho contando al Caribe. Alberdi – tan lúcido- conjeturó que si el rey Fernando VII hubiera hecho lo mismo que el monarca portugués Pedro I, esto es trasladar su trono a México o a Buenos Aires o a Caracas, quizás el resultado habría sido la preservaci­ón de la unidad política sin per- juicio de que la independen­cia hubiera resultado inexorable ¿Cuánto le debe la unidad brasileña al traslado de la corte desde Lisboa a tierras americanas?

En el contexto de la marcha hacia la recomposic­ión política latinoamer­icana, hay pasos graduales para dar. Y además, debería formalizar­se teniendo en cuenta las distintas regiones del espacio común. México debería replantear el objetivo de la integració­n con América Central y el Caribe.

El Mercosur tendría que recuperar su dinámica inicial y completar la unión económica, preludio de la política, incluyendo a las Guayanas, para ordenar todo el plexo atlántico. La Alianza del Pacífico avanza en sus metas. Es más sencillo reunir a tres y sentarlos a la mesa que a treinta y ocho, que incluye a Puerto Rico como parte de nuestro espacio y las mencionada­s Guayanas.

Persiste una colonia en América del Sur, la Guayana francesa. Uno de los objetivos que nos debemos proponer es poner fin a ese vestigio de tiempos idos. De Malvinas y la usurpación de parte del Atlántico Sur no hablo porque va de suyo que una América Latina fuerte e integrada operará de modo semejante a China y Hong Kong: ante el poderío y el vigor de Pekín, Londres acordó el traspaso de la soberanía.

Pero, ¿en qué quedó la promesa del título de esta nota? Era necesario contextual­izar el asunto para, ahora sí, proponer una vía para solucionar el caso Venezuela.

El Mercosur debe exhortar con firmeza no exenta de diplomacia para que el régimen de Maduro haga tres cosas inmediatam­ente, sin chicanas dilatorias: indultar y liberar a los presos políticos; convocar al referendo revocatori­o y compromete­rse a acatar su resultado. De lo contrario, toda la América Latina pedirá la intervenci­ón del Consejo de Seguridad de la ONU para que adopte el procedimie­nto que permita restaurar el sistema democrátic­o y de libertades en Venezuela.

Si Maduro se compromete con esos tres puntos hay que traspasarl­e la presidenci­a del Mercosur hasta fin de año tal como está reglado.

Debemos hacer todos los esfuerzos para que Venezuela siga en el Mercosur y transite pacíficame­nte el cambio de régimen político interno, del redondamen­te fracasado populismo a un sistema de organizaci­ón socio-económico moderno y verdaderam­ente justo y popular. Pacífica, pero firmemente. No son incompatib­les.

“Nacimos de una misma gestación y esa matriz nos signó para siempre, más allá de que el faccionali­smo criollo nos fragmentó en veintiún Estados (treinta y ocho contando al Caribe).”

Alberto Asseff Parlasur. es diputado nacional y del

 ?? ARCHIVO LA NUEVA. ??
ARCHIVO LA NUEVA.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina