La pelota la tienen los dirigentes
Las diferentes y por ahora irreconciliables posturas de los directivos continúan dilatando la reanudación de los torneos profesionales. La grieta entre los clubes que componen la AFA se profundiza a diario por una puja política que instaló desde hace un tiempo al fútbol argentino en una crisis que no tiene fin.
Mientras los equipos de Primera división negocian el nuevo contrato por los derechos televisivos como salida más urgente, los del ascenso –la mayoría ahogados por sus problemas financieros– parecen tener como prioridad el hecho de asegurarse el poder con la postulación de Claudio “Chiqui” Tapia al sillón que durante muchísimos años ocupó Julio Humberto Grondona.
Si bien ambos bandos propusieron a la Junta Normalizadora una Asamblea para debatir los temas en cuestión, la diferencia hoy pasa por los plazos. Los de la A intentarán definir la semana venidera la mejor oferta de la TV, demorar hasta el 14 de marzo la reforma del Estatuto sugerido por la FIFA y llamar a elecciones recién el 18 de abril próximo. Los del ascenso coinciden básicamente en esas peticiones, aunque pretenden elegir al presidente para el 1 de marzo como fecha tope y antes de reformularse el reglamento interno, que les restaría representatividad al momento de emitir el voto.
Más tarde o más temprano, y con el nuevo o viejo Estatuto, la situación se encamina a que el actual titular de Barracas Central se haga cargo de la Asociación del Fútbol Argentino. Por lo pronto, cuenta también con el fuerte aval Boca, Independiente, Racing y Huracán. Después, en funciones, se verá si la elección resulta acertada o no.
Ante la distorsión y la falta de acuerdos, desde Zurich advirtieron ayer que aplicarán sanciones si la pelota no vuelve a rodar antes de los cotejos de la Selección por las Eliminatorias Sudamericanas, en el mes de marzo. Hasta el propio Mauricio Macri expresó en las últimas horas su inquietud por la demora en encontrar soluciones a la endeble realidad institucional, económica y deportiva.
En tanto el panorama de incertidumbre e intereses contrapuestos persiste, nuestro fútbol no deja de ser atractivo para el mercado interno y externo. Con el anuncio del Gobierno de no gastar más dinero en la televisación de los partidos, dos reconocidas cadenas internacionales y una firma intermediaria de los Estados Unidos mostraron su propósito de tomar el lugar que dejó vacante FPT.
Cuando los números de ESPN y Fox-Turner se acercaban a las pretensiones originales de la AFA, al edificio de la calle Viamonte llegó una nota de Consor con una oferta de 336 millones de dólares anuales, a razón de US$ 28 millones por mes. Esto equivale a 5.412 millones de pesos y representa un 80% más que el ofrecimiento de Fox y un 69% más que lo propuesto por ESPN.
Tanto Consor –una compañía de abogados especializados en la transmisión de contenidos audiovisuales, que a su vez revende el producto entre sus clientes– como ESPN y Fox-Turner, en principio no tendrían objeciones en invertir $ 1.000 millones como garantía para quedarse con el negocio.
Esa cifra inicial permitiría oxigenar las tesorerías de los clubes y, además, serviría como primer paso para destrabar el regreso del certamen, en medio de caprichos y posiciones mezquinas que no se corresponden con la ansiedad que se manifiesta en los hinchas.