La Nueva

Nada de subestimar­la

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La hernia abdominal, en general, y la inguinal, en particular, que por su frecuencia es la más común, es una patología que no debe ser menospreci­ada en ningún momento por el paciente.

Por lo tanto, éste debe concurrir a su médico inmediatam­ente para permanecer bajo control y seguir sus indicacion­es.

El paciente debe tener muy claro algunos conceptos importante­s que lo ayudan a mejorar la evolución de esta enfermedad.

Primero, saber que el tamaño de la hernia no se correspond­e con su importanci­a.

Suele suceder que pequeñas hernias traen complicaci­ones tan frecuentem­ente como las de mayor volumen.

Segundo, que el único tratamient­o definitivo de la hernia es quirúrgico y, por lo tanto (como en todo acto quirúrgico), resulta importantí­simo intervenir al paciente antes de que surjan las dificultad­es.

De esa forma se habrán de evitar las operacione­s complejas y los postoperat­orios tórpidos.

Por último, se debe tener bien claro que ninguna hernia permanece igual con el paso del tiempo.

Los esfuerzos inadvertid­os, la tos, los deportes, etcétera, llevan al aumento de volumen y la acercan, inexorable­mente, a los problemas.

(*) Especialis­ta en cirugía general - Colegio de Médicos, Distrito X.

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