La Nueva

Suárez: el sector del calzado ya perdió 500 puestos laborales

Los gremios se encuentran en estado de alerta. Las principale­s razones, señalan los referentes sindicales, son la retracción del consumo y la importació­n irrestrict­a de calzado terminado.

- Jschwerdt@lanueva.com.ar

VACANTES SIN CUBRIR Y DESPIDOS Juan Ignacio Schwerdt

Referentes de los gremios de la industria del calzado advirtiero­n que desde mediados del año pasado se perdieron más 500 puestos de trabajo sólo en Coronel Suárez, y reclamaron que se tomen medidas para evitar una nueva crisis que deje sin sustento a miles de familias.

La mayor caída de puestos se registra en la fábrica de zapatillas del Grupo Dass Argentina: desde principios de año, la dueña de las firmas Fila y Umbro achicó su plantel de personal en 260 trabajador­es, lo que constituye una reducción del orden del 12%.

“La vacante que se produce, ya sea por decisión de la empresa o de algún trabajador, no se cubre. Arrancamos el año con 2.200 operarios, y hoy somos unos 1.940”, puntualizó Claudio Streitembe­rger, delegado del Sindicato de Obreros del Caucho y Afines (Socaya).

Para la Unión Trabajador­es de la Industria del Calzado de la República Argentina (Uticra), el panorama es similar. Mariela Holzmann, referente del gremio en Suárez, señaló días atrás que desde junio de 2016 hasta hoy “se perdieron más de 250 puestos de trabajo regular” en los pequeños y medianos talleres.

“No hubo un estallido social porque a muchos los han recontrata­do en negro”, aclaró la sindicalis­ta.

Para ambos referentes gremiales, las razones del problema son las mismas: la retracción del consumo interno y el ingreso irrestrict­o de calzado terminado desde países con menores costos laborales y mejores condicione­s para la industria.

“La propia empresa Dass comunicó esto al ministerio de Trabajo, lo que figura en actas”, refirió a Streitembe­rger.

“La empresa importa la suela y la capellada terminada, y aquí arma el calzado. Ahora compite contra el calzado terminado que viene de países como China, con costos muy bajos”, añadió.

En el caso de los pequeños y medianos talleres, la situación es aún más dramática. Es que, como realizan trabajos tercerizad­os para marcas nacionales, son los primeros que sufren el impacto por la caída de la actividad en la industria textil y del calzado.

La Nueva. El fantasma de Gatic

Streitembe­rger aclaró que Dass sigue pagando los suel- dos en tiempo y forma y que, por ahora, la única señal de alerta es que no se cubren las vacantes.

“Ni siquiera reemplazan a los empleados con buen legajo que, por algún motivo, piden ser despedidos”, señaló.

El sindicalis­ta dijo que así comenzó la caída de la empresa Gatic, la dueña original de las plantas que hoy ocupa Dass. La quiebra fue hace 13 años, y dejó en la calle a 1.800 personas.

“Aún estamos a tiempo de evitar algo así -aclaró Streitembe­rger-, pero para eso el gobierno debe empezar a trabajar seriamente para cuidar las industrias argentinas. La caída de Gatic comenzó con la apertura sin límites de las importacio­nes de calzado".

Los referentes gremiales exigen que el gobierno nacional frene o al menos modere la importació­n irrestrict­a de calzado terminado.

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FOTOS: ARCHIVO LA NUEVA Y AGENCIA CORONEL SUÁREZ Los trabajador­es del rubro del calzado están preocupado­s. Sólo en la fábrica del Grupo Dass Argentina, en lo que va del año, cayeron 260 vacantes.

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