Cirugías cardiovasculares: cada vez es más seguro operarse en la Argentina
“Por medio de un cateterismo y angioplastia, es tan común como lo fue la apendicitis algunas décadas atrás”, dice el cardiocirujano Raúl Alfredo Borracci, miembro titular de la Asociación Argentina de Cirugía.
SE HACEN 50.000 AL AÑO
Alrededor de 50 mil cirugías cardiovasculares se realizan por año en la Argentina, con riesgos quirúrgicos muy bajos, gracias al desarrollo e implemento de nuevas y mejores técnicas.
El cardiocirujano Raúl Alfredo Borracci, miembro titular de la Asociación Argentina de Cirugía destacó que, en la actualidad, ya sea por vía directa a través de una cirugía cardíaca, o indirecta por medio de un cateterismo y angioplastia, la cirugía cardiovascular "es tan común como lo fue la apendicitis algunas décadas atrás".
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte de adultos en el mundo, afectan más a los varones que a las mujeres, pero pueden resultar más graves en estas últimas tras la menopausia.
"En particular, la enfermedad coronaria consiste en la obstrucción parcial o total de las arterias que nutren el corazón, lo que podría conducir a un infarto, muchas veces con consecuencias fatales", detalló Borracci.
El cardiocirujano detalló inicialmente, esta enfermedad "se manifiesta con dolor u opresión del pecho, brazos o mandíbula, que aparece en forma brusca o con el esfuerzo, aunque también puede existir la enfermedad sin síntomas y sólo detectarse con pruebas diagnósticas como el electrocardiograma, la ergometría u otros métodos de imágenes (cámaragama, ecoestrés o tomografía)".
El especialista señaló que "la aparición de la enfermedad coronaria está asociada con la presencia de factores En los Estados Unidos de riesgo como son el tabaquismo, la diabetes, el colesterol, la hipertensión, la falta de ejercicio, la obesidad, el estrés y la carga genética familiar de la enfermedad.
"El llamado tratamiento médico óptimo a través del consejo médico y el uso de medicamentos, ayuda a eliminar o controlar todos estos factores de riesgo, y reduce la posibilidad de desarrollar una enfermedad coronaria y un eventual infarto", agregó el médico.
Borracci afirmó que "la mejor situación" sería tratar de evitar la enfermedad coronaria mediante la prevención, pero una vez instalada, el tratamiento moderno de la enfermedad coronaria se apoya en 3 pilares:
1) la indicación de aspirina, betabloqueantes y estatinas
2) la angioplastia con stent cuando hay una o 2 coronarias obstruidas, o en caso de un infarto agudo
3) la cirugía coronaria convencional para las situaciones más complejas.
Angioplastia y stent
El cardiocirujano explicó que la angioplastia "no es una cirugía convencional; sino un procedimiento mínimamente invasivo por punción y cateterismo.
"Consiste en abordar las arterias coronarias a través de una arteria del antebrazo o la ingle, y abrir la obstrucción con un balón y una malla tubular llamada stent.
"En la Argentina se realizan cerca de 40.000 angioplastias al año, y el riesgo de este procedimiento se halla entre 0,5 y 3 %, dependiendo de la gravedad del caso", remarcó.
El experto indicó que aunque la angioplastia es el método de primera elección e ideal para tratar de urgencia el infarto o la obstrucción de una o dos coronarias, "la cirugía coronaria tiene mejores resultados que la angioplastia cuando hay obstrucciones más complejas o cuando la angioplastia con stent ya ha fracasado".