La Justicia que no tiene fiscales

HACE MUCHO tiempo que la Justicia del país está severamente cuestionada. EN SUS decisiones, su disparidad de criterios, sus errores y, sobre todo, en la lentitud de su accionar, la inconcebible demora en resolver cada caso. BAHÍA BLANCA no es ajena a esa situación sino que, por el contrario, la vive de manera singular ya que muchas de sus unidades fiscales carecen de juez responsable. DESDE HACE varios años, no tienen fiscales designados las Unidades Funcionales de Instrucción y Juicio Nº 3 y 18, mientras que la 5 tiene a su titular con pedido de licencia. ESTO SIGNIFICA que al menos ocho mil causas que se inician cada año deben ser absorbidas por otras fiscalías, que a su vez tienen la responsabilidad de atender las propias. EL RESULTADO es una sobrecarga laboral en la instrucción de las causas, una demora cada vez más extensa y cientos y cientos que van quedando paralizadas. LOS PRIMEROS días de este mes visitó la ciudad el procurador general bonaerense, Julio Conte Grand, quien, consultado sobre esa situación, señaló estar “realizando las gestiones para solucionar el problema”, agregando que su expectativa es que “durante este año” se puedan resolver. A PESAR de no ser necesario que lo apuntase, dijo que existen “demoras” en la designación de fiscales, defensores y algún asesor. EN VIRTUD de eso es que mencionó estar “articulando” con el Ministerio de Justicia para agilizar la designación de las ternas de candidatos, “para activar el proceso de concurso” y que los pliegos lleguen al senado. EL FUNCIONARIO fue sincero al mencionar que “es muy difícil hablar de plazos”, lo cual no deja de ser inquietante para quien no solamente debiera tener un panorama certero, sino que además deberá instrumentar los caminos adecuados para que esos nombramientos logren sortear las trabas burocráticas imperantes. NO SERÍA inadecuado que funcionarios y legisladores respondan ante la Justicia cuando no resuelven en tiempo y forma designaciones clave para permitir un funcionamiento adecuado de los tribunales. LEGAJOS QUE llevan años dando vueltas sin definirse pueden estar poniendo en juego la vida de muchos. Rendir cuentas por esa (ir) responsabilidad podría modificar ciertos caminos y tiempos.

El resultado es una sobrecarga laboral, una demora cada vez mayor y cientos de causas que van quedando paralizadas.