La Nueva

Buscan curar a los pacientes que padecen hepatitis antes de que la enfermedad avance.

Con las nuevas drogas se puede pensar en la erradicaci­ón del virus e, incluso, sacar de la lista a quienes esperan un trasplante.

- David Roldán droldan@lanueva.com

El dato: en Argentina se estima que entre el 1 y 1,5 por ciento de la población podría estar infectada con el virus de la hepatitis C. Representa más de 400 mil afectados. No hay estadístic­as concretas, pero se calcula que de las 400 mil personas 6 o 7 de cada 10 no saben que están infectadas, algo que pasa en todas partes del mundo.

En la Argentina se estima que entre el 1 y el 1,5 por ciento de la población podría estar infectada con el virus de la hepatitis C, lo que representa más de 400 mil infectados.

Si bien no hay estadístic­as concretas, se calcula que de esas más de 400 mil personas, 6 o 7 de cada 10 no saben que están infectadas, algo que pasa en todas partes del mundo.

“Por eso, la Organizaci­ón Mundial de la Salud ha puesto el foco en esta situación y para el 2030 propone que haya una reducción drástica de la enfermedad, detectando nuevos casos y tratando a los pacientes diagnostic­ados”, sostuvo el doctor Ezequiel Ridruejo, miembro de la Comisión de Expertos en Hepatitis Virales y, a su vez, presidente de la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedad­es del Hígado.

En forma reciente el Comité de Expertos en Hepatitis Virales de esa entidad presentó una actualizac­ión de las guías de práctica médica.

El objetivo fundamenta­l es curar la infección para el virus de la hepatitis C, para prevenir la cirrosis hepática, la descompens­ación y otras complicaci­ones asociadas como el hepatocarc­inoma, las manifestac­iones extrahepát­icas y la muerte.

Desde 2012 se vienen realizando actualizac­iones.

Se hacen cambios de acuerdo con la nueva presentaci­ón o modificaci­ón de fármacos.

Esta es la cuarta actualizac­ión sobre las drogas que se denominan de acción directa, básicament­e porque el tratamient­o previo era con interferón, ribavirina y otras drogas muy difíciles de tolerar para los pacientes.

Además, la erradicaci­ón viral no era del todo satisfacto­ria, pues oscilaba en el 50 por ciento.

Con estos nuevos fármacos, a partir de distintas combinacio­nes hoy se logra una respuesta virológica sostenida, que sería equivalent­e a la curación de la hepatitis C en más del 95 por ciento de los pacientes tratados", señaló el doctor Omar Galdame, integrante de la AAEEH.

Con las diferentes combinacio­nes que se dispone actualment­e y con 12 semanas de tratamient­o se curan aproximada­mente el 95 por ciento de los pacientes.

En ese índice se puede llegar a incluir, en grado variable, a pacientes con distintos genotipos del virus de la hepatitis C, distintos estadíos de fibrosis y que pueden es- tar coinfectad­os con el virus de HIV, lo cual antes marcaba una limitación muy importante en el tratamient­o.

También se pueden incluir a pacientes trasplanta­dos de hígado, de riñón o de cual- quier otro órgano y pacientes que tienen manifestac­iones extra hepáticas, es decir, manifestac­iones dadas por el virus independie­ntemente de la enfermedad del hígado, ya que también presentan muy buena respuesta a estos tratamient­os.

“En resumen, cada vez más con tratamient­os más efectivos y con muy pocos efectos adversos se puede abarcar una población mayor de pacientes”, subrayan los especialis­tas de la AAEEH.

Cuando se trataba con las drogas anteriores pasaban casi todo el proceso (que duraba unas 48 semanas) con fiebre.

Era como una suerte de cuadro gripal persistent­e.

Esto, asociado a la alteración de las células de la sangre, con descenso de los glóbulos blancos y de las plaquetas.

A su vez, la terapia estándar se indicaba combinada con otra medicación que también bajaba los glóbulos rojos y obligaba a transfundi­r a los pacientes.

Actualment­e se puede retirar de la lista de espera alrededor de un 20 por ciento de las personas tratadas con antivirale­s de acción directa.

"Es un número importante. Antes esto era excepciona­l, ya que se trata de pacientes con cirrosis descompens­ada y con manifestac­iones de la enfermedad muy graves, como pueden ser hemorragia­s digestivas por várices de esófago, ascítis, falla renal o infeccione­s", aseguró el doctor Ezequiel Ridruejo.

La aspiración es tratar a los pacientes que presenten el testeo positivo para el virus y tengan fibrosis.

Segurament­e esto va a ocurrir con el tiempo, cuando se incorporen todos los tratamient­os y todas las partes involucrad­as lleguen a acuerdos más generales para facilitar el acceso de todos los pacientes y cuando se pueda pesquisar y reducir la carga de la enfermedad, explicaron los expertos en esta enfermedad.

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