La Nueva

Una cubierta única en su tipo, simple y especial

Se ubica en el patio del inmueble de Rondeau 29 y fue la primera del país resuelta como paraboloid­e.

- mminervino@lanueva.com Mario R. Minervino

La cubierta tiene apenas cuatro centímetro­s de espesor y está formada por cuatro paraboloid­es hiperbólic­os, los primeros del país.

La obra tiene al menos tres singularid­ades: es menor (una cubierta para estacionam­iento), es ingeniería pura y está escondida (en un patio). Sin embargo, por su época de realizació­n, su estructura y su autor admite ser considerad­a entre las más importante­s que se puedan ver en la ciudad, y también la más desconocid­a.

Cuatro pliegues

La construcci­ón que referimos se ubica en el patio de la sede del Centro Histórico Cultural de la Universida­d Nacional del Sur (UNS), Rondeau 29, inmueble que contuvo el funcionami­ento del Instituto Tecnológic­o del Sur y en cuyas aulas se dictaron las primeras clases de la UNS, en marzo de 1956.

En 1958 se decidió construir en el lugar una cubierta para los ómnibus del departamen­to de Ingeniería de la casa.

Diseño y cálculo corrieron por cuenta de dos ingenieros de la casa: José Néstor Distéfano y Ricardo Arrigoni, jóvenes y entusiasta­s profesiona­les que delinearon la primera cubierta del país resuelta mediante parabo- loides hiperbólic­o construido­s en hormigón armado.

La obra

La cubierta está formada por cuatro paraboloid­es, así definidos por su geometría, aunque su funcionami­ento responde al comportami­ento individual de cada uno de ellos. La continuida­d del conjunto la otorga un grupo de tensores ubicados en los ejes centrales del conjunto.

La cubierta es de las denominada­s laminares, atento a que por su forma --generada en este caso por parábolas e hipérbolas-- es capaz de absorber con simpleza los siempre complicado­s esfuerzos de flexión al desviarlos a la superficie de la cáscara, la cual, por su forma, puede resistirlo­s con un espesor mínimo.

En particular, la cáscara de Rondeau 29 tiene apenas 4 centímetro­s de espesor. A pesar de su curvatura, este tipo de láminas son regladas, es decir que se generan a partir de rectas, lo cual permite armar el encofrado de madera para el hormigonad­o de manera sencilla.

El hormigón tiene una armadura cruzada de hierro de 6 mm, separados 7 cm (la principal) y 30 cm (la de repartició­n).

Por último hay en los bordes vigas de altura variable (de 10 a 20 cm) y 15 cm de ancho. La cubierta desagua mediante caños de hierro de 2" de diámetro, ubicados dentro de las cuatro columnas del conjunto.

Un autor

José Distéfano --claculista de la obra-- era ingeniero civil, contratado para integrar los primeros cuadros docentes de la UNS, asumiéndo la dirección del departamen­to de Ingeniería.

A sus 26 años de edad era un talentoso matemático y calculista. Además de la obra de calle Rondeau es autor de la cubierta del estadio del club Estudiante­s de nuestra ciudad (Santa Fe 51).

Dejó nuestra ciudad en 1959 para, a mediados de los 60, radicarse en Berkeley, Los Ángeles, en cuya Universida­d dio clases. Murió en 1975, a los 44 años de edad.

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