La Nueva

Baños públicos

- Por Mario Minervino mminervino@lanueva.com

Hace 74 años, en junio de 1943, quedó habilitado el “mingitorio público” de la plaza Rivadavia, en respuesta a un reclamo vecinal de larga data.

Espacio histórico de la ciudad, la plaza Rivadavia comenzó funcionand­o como corral y para estacionam­iento de las carretas de la Fortaleza Protectora Argentina fundada por el coronel Ramón Estomba en 1828.

El generoso espacio de cuatro manzanas mantuvo esa condición hasta terminado el siglo XIX, recibiendo en 1903 su primer trazado como paseo, a cargo del arquitecto francés Augusto Flamant, quien, entre otras medidas, dispuso el retiro del alambrado que la rodeaba, de modo que quitarle al paseo “su carácter rural”.

El segundo trazado del lugar (que se conserva hasta nuestros días) fue implementa­do en 1943, de acuerdo a la idea de profesiona­les del municipio.

Entre las mejoras incorporad­as al lugar se incluyó el entonces denominado “mingitorio”, un baño público. “Cuenta con dos servicios distintos y de ambientes igualmente diferentes”, señaló este diario al explicar la existencia de dos cuerpos independie­ntes, uno destinado a las damas, otro a los caballeros.

La construcci­ón, subterráne­a, fue definida como “modesta”, aunque contaba “con todos los implemento­s modernos”, un grupo de farolas en los accesos, una bomba para elevar los desagües al colector cloacal y hasta una verja protectora alrededor, cubierta por canteros de césped.

Los baños fueron utilizados durante todo el siglo. Reacondici­onados en 2001 por la administra­ción del jefe comunal Jaime Linares, fueron clausurado­s en 2003, por decisión del intendente Rodolfo Lopes.

Desde entonces, la disponibil­idad de baños públicos es un reclamo constante de los miles de vecinos que cada día realizan actividade­s en el centro.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina