Asma: ¿será posible un control total de esta enfermedad?
Son base para conseguirlo el mejor entendimiento, el diagnóstico temprano, un adecuado tratamiento y el control ambiental.
Un mejor entendimiento de la enfermedad, un diagnóstico precoz, un tratamiento adecuado y el cuidado del medio ambiente son cruciales para alcanzar el control del asma.
En la Argentina se estima que cada año mueren 400 personas a causa de esta afección cuya prevalencia estimada en adultos es del 6 por ciento y en niños y adolescentes llega al 15 por ciento, según se informó en el marco del Día Mundial del Asma, conmemorado bajo la consigna de “Mejor aire, respirar mejor”.
Claudio Parisi, presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica, explicó que la necesidad de cuidar el medio ambiente para mantener un aire más limpio, libre de contaminantes y de polución resulta fundamental.
“No sólo para cuidar a quienes viven con asma, sino que también resulta urgente para que todos podamos respirar mejor”, afirmó.
El objetivo del lema, que se comparte con la Iniciativa Global para el Asma, es informar y crear conciencia sobre el asma bronquial, con el fin de mejorar el cuidado de quienes la padecen en todo el mundo, detalló Parisi.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la actualidad existen 300 millones de pacientes con asma, lo que constituye una de las enfermedades crónicas más frecuentes y la más prevalente en niños.
En la Argentina se calcula que la prevalencia del asma en los niños y adolescentes es del 15 por ciento, según Estudio Internacional de Asma y Alergias en la Niñez (ISAAC) en su fase II.
En adultos, la prevalencia estimada es del 6 por ciento, según el trabajo realizado y presentado en 2015 por el ministerio de Salud de la Nación, la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, el Instituto Nacional de En- fermedades Respiratorias “E. Coni” y la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica.
El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias (bronquios), caracterizada por ataques recurrentes de tos, sensación de falta de aire y sibilancias (sibidos en el pecho), que varían en severidad y frecuencia.
“Estos síntomas pueden sobrevenir varias veces al día o a la semana y en algunas personas se agravan durante la actividad física o por la noche”, indicó el especialista.
En ese sentido, Parisi afirmó que durante una crisis o ataque de asma, los bronquios se inflaman y se estrechan las vías aéreas, provocándose una disminución del flujo de aire que entra y sale de los pulmones.
Estos fenómenos son desencadenados habitualmente por infecciones virales, alérgenos y contaminantes ambientales.
“Tal el caso, por ejemplo, de los granos de polen que se dispersan con facilidad por el aire por su tamaño y forma y provocan una hipersensibilidad que ocasiona rinoconjuntivitis y asma bronquial polínica, más frecuente entre los habitantes de centros urbanos, ya que la contaminación de las ciudades potencian los efectos alergénicos”, dijo el médico.
El experto destacó que para este tipo de casos existen recursos como la aplicación “Alerta Polen”, que permite saber a la persona alérgica conocer el nivel polínico preponderante y diario de la zona que habita y el grupo de especies generadoras de polen al cual es alérgico.
Parisi señaló que, a menudo, el asma no se diagnostica correctamente, no recibe el tratamiento adecuado ni se indican medidas preventivas, creándose, así, una importante carga para los pacientes y sus familiares, que se ven limitadas sus actividades físicas e intelectuales con el consecuente deterioro en su calidad de vida.
En la práctica, gracias a los adelantos terapéuticos la mortalidad por asma ha disminuido en buena medida.