Un castillo que pena y languidece solo frente al mar
El edificio, de diseño medieval, fue construido entre 1929 y 1932 para servir como usina eléctrica.
EL EDIFICIO CUMPLE 30 AÑOS SIN USO Mario R. Minervino u perfil es reconocido por quienes transitan la zona portuaria. No es para menos: se trata de una suerte de castillo medieval, una fortaleza erguida y clara, a un costado del complejo de puentes La Niña.
También se advierte con claridad para quienes tienen oportunidad de recorrer la ría desde una embarcación y ver el borde portuario.
“El castillo de Ingeniero White” --según se lo menciona-es una maravilla arquitectónica que aguarda, con infinita paciencia, su recuperación, exactamente a 30 años de haber sido desafectada de su uso original, el de servir como usina eléctrica, generadora de la electricidad que consumía la ciudad. De poco le ha servido su declaratoria de Monumento histórico provincial y nacional: su deterioro sigue su curso natural con el tiempo.
SLa historia
El Castillo, bautizado primero “Usina Ingeniero White” y luego “Usina San Martín”, se comenzó a construir en 1929, en terrenos ganados al mar y como respuesta de la flamante concesionaria del servicio, la Compañía Italo Argentina de Electricidad --empresa propiedad del holding suizo Motors Columbus-que en nuestra ciudad adoptó el nombre de Empresas Eléctricas Bahía Blanca. Al aprobarse la concesión, en 1927, el municipio le exigió la construcción de una nueva usina en reemplazo de la de Loma Paraguaya, que había sido excedida en su capacidad de respuesta ante la creciente demanda local.
La respuesta fue un monumental edificio diseñado por el arquitecto italiano Giuseppe Molinari, profesional llegado a la Argentina en 1926. Molinari siguió lineamientos similares a los desarrollados por la empresa en la usina Pedro de Mendoza, en el barrio de La Boca, de la autoría de Juan Chiogna. El arquitecto Enrique Cabré Moré definió al inmueble como “neo románico Lombardo”, inspirado en la arquitectura medieval y comparable a obras como el palazzo Vecchio de Florencia, el castillo San Giorgio de Mantua o el Duomo de Cremona.
Los detalles
El Castillo fue construido por la Empresa General de Obras Públicas (GEOPE), de dilatada trayectoria con construcciones emblemáticas como el estadio de fútbol de Boca Juniors y el obelisco porteño. El edificio se destaca por su torre, por disponer, sobre su lateral, de la obra San Jorge y el Dragón, cincelada por el escultor Troiano Troiani, y por su terminación simil piedra, escondiendo su estructura de hormigón armado. El edificio fue desocupado en 1997 --con un posterior desguace de sus instalaciones-y la presencia de asbesto en algunas de sus instalaciones ha servido de excusa para cualquier reutilización.
Se trata de una obra de alto valor cultural, histórico y artístico, que serviría de puntal para cualquier pensamiento de puesta en valor del sector portuario. La dejadez y el olvido que lo rodea resulta, a esta altura, entre inadmisible e intolerable para la historia local.