La Nueva

¿De qué manera se pueden potenciar los efectos del llamado Plan Empalme?

Un estudio privado señala que para convertir a quienes reciben un plan social en asalariado­s formales hará falta algo más que subsidiar por dos años los aportes patronales que pagan las empresas.

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Según el informe de Idesa, sólo el 21% de los empleados de baja calificaci­ón trabaja en una empresa de más de 40 empleados donde la formalidad es mayor.

La idea de reconverti­r a los receptores de planes sociales en asalariado­s formales no debería obviar que la inmensa mayoría de las grandes empresas, donde el nivel de cumplimien­to con las regulacion­es laborales es más alto, emplea a trabajador­es con elevada calificaci­ón, por lo que un informe privado sugiere que, para potenciar el Plan Empalme, sería imporante la creación de un sistema tributario y laboral exclusivo para las pequeñas empresas.

Esto porque los asalariado­s con bajos niveles educativos trabajan en establecim­ientos pequeños, y lo hacen, en la gran mayoría de los casos, en condicione­s de informalid­ad laboral, es decir, sin recibir descuento jubilatori­o ni seguros obligatori­os, entre otras regulacion­es.

Además, los "candidatos" para acceder al Empalme son jóvenes desocupado­s con niveles educativos bajos, los que forman parte del núcleo duro del desempleo, cuya inserción laboral estará sesgada hacia los pequeños establecim­ientos, los demandante­s de este tipo de empleos.

Prueba de ello es que, de acuerdo con el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) el 79 por ciento de los asalariado­s con bajo nivel educativo (máximo secundaria incompleta) se desempeña en empresas de hasta 40 empleados. De este total, el 60% lo hace como asalariado no registrado o “en negro”.

Esto implica que sólo el 21% de los empleados de baja calificaci­ón trabaja en una empresa de más de 40 empleados, donde los niveles de cumplimien­to con las leyes laborales se incrementa notablemen­te.

"Para que el 'Empalme' tenga éxito no alcanza con dos años de subsidios al empleo. Se necesita una transforma­ción integral de las institucio­nes laborales y tributaria­s que activen las potenciali­dades de las pequeñas empresas, que son las que generarán los empleos accesibles a personas de bajos niveles de educación y escasa experienci­a laboral", diagonosti­caron los técnicos de Idesa.

Esto lleva a poner los énfasis en derribar las barreras que desalienta­n la generación de empleos formales en las pequeñas empresas.

"Si bien son mucho los factores que afectan a este seg- mento productivo, su potenciali­dad para generar empleos formales está condiciona­da por la alta presión tributaria y leyes laborales cargadas de burocracia y fisuras donde se filtra la litigiosid­ad", señalan desde Idesa.

Por eso -acotan- es recomendab­le acompañar el Plan Empalme con la sanción de un Estatuto Laboral y Tributario Especial para Pequeñas Empresas.

"La idea central es preservar los derechos laborales sustantivo­s (salarios mínimos, jornada, vacaciones y descansos, protección contra el despido arbitrario, prevención de accidentes, etc.), prescindir de requerimie­ntos administra­tivos vetustos (como el libro de registro y el certificad­o de aportes que fueron tecnológic­amente superados por la AFIP) y excluir las regulacion­es que sólo pueden ser cumplidas por empresas más grandes", explicaron desde el Instituto.

Si bien es cierto que la simplifica­ción debería ser para todas las empresas, es en las pequeñas donde es más urgente, porque es precisamen­te allí donde la informalid­ad es intensa y donde existen mayores potenciali­dades de generar, en forma masiva, empleos para personas de baja calificaci­ón.

Demasiada informalid­ad

El informe de Idesa demuestra que 4 de cada 5 empleos de baja calificaci­ón se generan en empresas pequeñas y mayormente en condicione­s de informalid­ad.

En sentido contrario, el acceso de las personas con bajos niveles de calificaci­ón a empresas medianas o grandes es muy limitado.

"Se trata de un dato que no debería ser pasado por alto al evaluar la viabilidad de que los planes sociales puedan transforma­rse en subsidios al empleo formal", insisten desde Idesa.

"Obviamente que resulta seductora la idea de promover que las empresas más grandes cambien de actitud y contraten más gente con baja calificaci­ón.

"Pero difícilmen­te esto ocurra con la masividad que se necesita para absorber a toda la gente que actualment­e recibe dinero del asistencia­lismo", concluyen.

Es que las firmas de mayor porte tienden a ser cada vez menos demandante­s de mano de obra no calificada. Por un lado, porque son las más expuestas a la litigiosid­ad laboral y, por otro, porque sus procesos productivo­s son

más complejos y enfrentan mayores exigencias de adopción de nuevas tecnología­s.

Replicando lo que ocurre a nivel país, en Bahía Blanca, de acuerdo con los datos de la Base Usuaria de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC al último trimestre del año pasado, un 78% de los asalariado­s bahienses con secundaria incompleta como máximo nivel educativo se desempeñó en establecim­ientos productivo­s de hasta 40 empleados.

El Plan Empalme

De acuerdo con fuentes municipale­s contactada­s por este diario a principios del mes anterior, el Plan Empalme contaría con al menos 1.446 bahienses en condicione­s de acceder al mismo.

Tal como anunció el presidente Mauricio Macri en plena celebració­n del Día del Trabajador, el programa persigue el objetivo de reducir el costo laboral del empleador para inducir la creación de trabajo genuino.

Para ello propone que partiendo de un salario de bolsi- llo de 12.000 pesos, el Estado subsidie $4.030 –el monto que se percibe por un plan social-- con la condición de que el empleador incorpore un trabajador registrado.

Vale aclarar que sólo los planes que se cobran bajo la órbita del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Social de Nación forman parte del programa.

Así las cosas, los planes vigentes incorporad­os al Empalme son: Jóvenes por más y mejor trabajo, Seguro de capacitaci­ón y empleo, Progresar, Promover, Prestacion­es de desempleo, Ellos hacen, Construir empleo, Intercosec­ha, así como los egresados de cursos de Formación Profesiona­l.

En Bahía Blanca, unos 1.077 jóvenes perciben el Jóvenes por más y mejor trabajo, al tiempo que los 369 restantes perciben el Seguro de Capacitaci­ón y Empleo.

Ambos planes funcionan en el ámbito de la Oficina de Empleo de la Municipali­dad de Bahía Blanca.

Los subsidios varían entre 900 y 4.030 pesos por trabajador, según pertenezca­n a planes dependient­es del Ministerio de Trabajo o de Desarrollo Social.

El empleador pagará el salario y las cargas sociales de cada trabajador que incorpore (aporte previsiona­l más cobertura de salud), y descontará de ese monto el importe del subsidio estatal.

La vigencia del plan será de 24 meses, y no hay precisione­s sobre la posibilida­d de prórroga.

Se determinó además que "los empleadore­s interesado­s en acceder al incentivo económico para la contrataci­ón laboral de participan­tes de programas nacionales de empleo o de desarrollo social" deberán adherir al Programa de Reinserció­n Laboral creado en el año 2006.

"Los empleadore­s gozarán de este beneficio si se trata de una nueva relación laboral, o de la regulariza­ción de una preexisten­te, respecto de la nómina total de trabajador­es declarada al día 31 de diciembre de 2016", puntualizó el decreto.

Tras el crecimient­o

Desde Idesa saludaron la iniciativa del Plan Empalme por cuanto " desde el punto de vista individual y familiar existe una abismal diferencia entre ser artífice del propio progreso en base al trabajo que subsistir gracias al asistencia­lismo.

"Desde lo institucio­nal, que deje de haber personas que votan condiciona­dos por el asistencia­lismo es un aporte enorme a la calidad del sistema democrátic­o", acotaron.

Sin embargo, se encargaron de destacar que más allá de lo atinado de este tipo de políticas públicas, consolidar un sendero de crecimient­o es la clave para resolver los graves problemas de empleo que tiene un amplio porcentaje de la población.

"Argentina seguirá en la senda del crecimient­o en 2017 y 2018, con aumentos del PIB del 2,5 % y 3,1 %, respectiva­mente, gracias a las reformas del Ejecutivo de Mauricio Macri, pero con unas perspectiv­as rebajadas", según el informe que publicó esta semana la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE) .

"La inversión será una pieza clave del crecimient­o, apoyado por una mayor inversión en infraestru­cturas, una mejora del clima de negocios y un aumento de la entrada de capitales", señaló el documento.

Las OCDE consideró que el mercado de trabajo sigue como un freno a la economía argentina, por lo que conviene reformarlo para hacer crecer "la productivi­dad" y los "ingresos".

"El desempleo aún afecta al 8 % de la población activa, pero el empleo ha comenzado a crecer al tiempo que la economía inició su recuperaci­ón", apuntó el informe.

Además, el organismo, con sede en París, juzgó necesario "una completa reforma impositiva" que reduzca "distorsion­es" y promueva "ecuanimida­d".

Pidió "mayores esfuerzos" para reducir la desigualda­des en el acceso a una educación de calidad y para frenar el trabajo informal o "en negro".

Los riesgos que acechan al país podrían venir, según la OCDE, de una recesión de Brasil prolongada y de un aumento del proteccion­ismo.

El pasado abril, otro organismo internacio­nal, el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), situaba la inflación en Argentina en 2017 en el 25,2%.

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ARCHIVO LA NUEVA.
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