“Al principio parece que estás en Disney”
La universidad es acostumbrarse a un día a día muy diferente. Lo más complicado es que te despertás a las cinco de la mañana y de seis a ocho hacés físico. Me acuerdo que ocho menos cinco decían: 'tienen cinco minutos para ir a clase'. Te hacían sentar en el primer banco para controlarte, era una regla del equipo. Ahí estabas hasta las 12. Después se almorzaba y de 15 a 18 había entrenamiento de básquet.
Es decir que de las cinco a las tres de la tarde estabas levantado y sin descanso. Después nos juntábamos para hacer tareas. Más tarde se cenaba y recién a las ocho de la noche era el momento para uno.
Al principio es todo una novedad, parece que estás en Disney, pero cuando pasan los primeros 2 o 3 días uno empieza a extrañar.
El primer mes es duro. Una vez que empezás a jugar es más fácil. Es espectacular. El trato es de primer mundo, tenés todo para un chico de 18 o 19 años. Es el ambiente ideal, compartiendo con deportistas de todo el mundo, algo que después no lo vivís más, porque si llegás a ser profesional convivís con tu equipo.
Me llevó un año conseguir la beca. Es un proceso complicado... Un técnico fue a verme a jugar con Estudiantes, primero me dijo que quedaba y después que no.
Hay que ser valiente para elegir este camino, porque no es el convencional. Hoy en día es mucho más fácil llegar a la Liga, y máxime con Bahía Basket, que apuesta a eso. Me parece muy bien lo de Facundo.