Topar con el milagro

He dudado bastante antes de decidirme a tocar el tema que abordaré en la presente nota. Sucede que no se trata de un asunto que ocupe habitualmente espacio en la prensa diaria. Sin embargo, es evidente que reviste interés periodístico y, por ende, no cabe dejarlo de lado por el simple hecho de que pueda aparecer como insólito. Movido por tal convicción, lo pondré en conocimiento de mis lectores.

Ocurre que, de un tiempo a esta parte, digamos desde hace algo más de un mes, cierto fenómeno sin posible explicación natural viene ocurriendo en distintas partes de nuestra provincia de Buenos Aires.

Quizá ocurra también en otros lugares, pero no me consta que así sea. De modo que, ateniéndose estrictamente a lo que sé con certeza, me reduciré a relatarlo.

¿Y qué es lo que está pasando? Sencillamente, que el manto que cubre las imágenes de la Virgen de Fátima, de color blanco, vira al azul celeste sin motivo que explique el curioso fenómeno.

Enterado de ello, fuimos con mi mujer a verificarlo.

Y lo pudimos observar en la iglesia del colegio Cardenal Copello, de Victoria, provincia de Buenos Aires, y en el albergue Don Orione, de Tigre. Aunque no lo vimos nosotros, el hecho también tuvo lugar en la iglesia Nuestra Señora de Fátima, en Martínez, ante la vista de un grupo de alumnas del Colegio del Buen Ayre que había concurrido a dicho santuario.

Soy amigo personal del padre Fernando Cavaller, a cargo de la iglesia del Car- denal Copello, a quien interrogué sobre el particular, confirmándome el caso en todas sus partes.

Algún canal de televisión envió una cámara al lugar, reporteando al sacerdote y difundiendo la noticia.

Lo habitual es que el manto de las imágenes permanezca blanco y el vestido se vuelva celeste.

También ha ocurrido, sin embargo, que el conjunto de la vestimenta aparezca celeste y blanco en franjas horizontales, como la bandera argentina.

¿Cuál es el mensaje que pretende transmitir el referido prodigio? Por cierto que no lo sé.

Aunque parece lógico vincularlo con el que la Virgen transmitió a los pastorcitos en sus apariciones de Fátima. De las cuales se acaban de cumplir 100 años el 13 de mayo, detalle que no parece ser ajeno al asunto que nos ocupa.

¿Y cuál fue ese mensaje? Un pedido de oraciones y mortificación dirigido a obtener la paz del mundo.

Dejo informados a mis lectores. Creo que los hechos lo justifican, aunque pocas veces noticias de este tipo ocupen las páginas de los diarios.

“Lo habitual es que el manto permanezca blanco y el vestido se vuelva celeste. También ha ocurrido que el conjunto aparezca celeste y blanco en franjas horizontales, como la bandera argentina.”

Juan Luis Gallardo es abogado y docente. Vive en Buenos Aires.