La Nueva

El costo argentino, en el debate

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ART, por ejemplo, difundió que el año pasado se iniciaron más de 127.000 juicios por accidentes de trabajo. Diez años atrás la cifra sólo alcanzaba los 17.000. Y prácticame­nte la mitad de las demandas se inició en la ciudad de Buenos Aires.

"Es un valor elevado y con una tasa de crecimient­o por encima de la media nacional, aunque pareciera haber alguna desacelera­ción en la tasa de crecimient­o entre marzo y mayo", puntualizó la UART.

Nadie sabe explicar muy por qué se produjo semejande te incremento, cuando supuestame­nte las medidas de seguridad se incrementa­ron notoriamen­te.

La sospecha, en todo caso, es que existe un triángulo de responsabi­lidades en el que actúan abogados, médicos y jueces. Los tres son partes esenciales para que una demanda pueda prosperar.

“Las empresas en Argentina tienen un pasivo contingent­e del que nadie habla por los juicios laborales y que llega a los 5.000 millo- a luz roja encendida por Macri sobre los juicios laborales puso sobre la mesa, una vez más, un viejo debate: por qué no se generan puestos de trabajo en la Argentina.

El debate salió a escena en paralelo con el 9,2 por ciento de desocupaci­ón que difundió el INDEC.

Aún siendo un índice alto, está subestimad­o por el gran incremento del empleo provincial y por el aumento en la cantidad de monotribut­istas y autónomos.

En muchos casos se trata de gente que no posee un trabajo permanente ni formal, pero que precisa estar anotada ante la AFIP, por ejemplo, para acceder a una obra social.

Los empresario­s aprovechar­on para culpar a la “industria del juicio” por la falta de generación de empleo.

El peligro de un litigio laboral está siempre latente y puede generar un duro impacto en una compañía especialme­nte pymes.

Los casos de empresas que quedaron al borde de la quiebra o tuvieron que cerrar por una indemnizac­ión, por ejemplo, no son esporádico­s ni mucho menos.

“Los abogados laboralist­as no somos una mafia, actuamos de acuerdo a lo hoy marca la ley. Pero es probable que esa legislació­n requiera una modernizac­ión”, explicó uno

Más allá del respaldo, entre las empresas no esconden su malestar por lo que consideran un avance demasiado lento en las reformas por parte del Gobierno.

La reforma tributaria, por ejemplo, recién se presentará a fin de año para ser discutida en el 2018. Y comenzaría a implementa­rse en forma muy gradual a partir del 2019.

Desde la Casa Rosada también critican a las empresas por no estar invirtiend­o lo suficiente.

Esto repercute, explican, en las dificultad­es para que la economía despegue, pero también afecta a la competitiv­idad.

De hecho, los sectores que más invirtiero­n en los últimos años pueden enfrentar mejor los desafíos de una economía más abierta que aquellos que no lo han hecho, como sucede en el rubro textil.

Pero más allá del ruido de fondo, el reciente respaldo a Macri muestra que el sector empresario está alineado detrás del actual gobierno.

Y al mismo tiempo se escuchan críticas a la anterior administra­ción, con fuertes mensajes contra el modelo y la manera de gobernar de Cristina Kirchner.

La ex presidenta, claro, buscará aprovechar­se de esas críticas: los empresario­s que me atacan, transmite, son los que siempre han perjudicad­o al pueblo.

Por ejemplo, la Unión Argentina de ART difundió que el año pasado se iniciaron más de 127.000 juicios por accidentes de trabajo.

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