Mario Sciacqua: “Si nos mantenemos en Primera, me quedo a vivir en Bahía”
rable. No sólo lloré yo, muchos de los que estaban ahí también fueron contagiados por lo que hizo el equipo frente a Boca.
--En el fútbol hay frases hechas, como “dejar la piel en cada jugada” o “matarse dentro de la cancha”. ¿Olimpo predicó con el ejemplo?
--Sí. En este plantel el mensaje fue igual para todos: dejar el alma en cada partido, en cada entrenamiento, en cada oportunidad que te brinda el técnico o el equipo para ganarte el puesto. Contra Boca, si había que poner la cabeza, la ponían, pero cuando tuvimos la pelota jugamos con criterio, fuimos agresivos, intensos y el rival se sorprendió con la actitud con la que Olimpo salió a jugar el complemento.
--Cuando terminó el partido, algunos plateístas, desde la baranda, te pedían que sigas siendo el técnico de Olimpo pase lo que pase. ¿Los escuchaste?
--Algo escuché, pero era imposible entender; había mucho griterío. Vi gente emocionada, que pasó de la tristeza al éxtasis de un tiempo al otro; es gente que se identifica con el equipo y con la manera que tenemos de jugar. Hablé con mi familia, con mis amigos, con colegas, y todos me dicen que da gusto ver a Olimpo, que contagia, que en este último tiempo generó admiración por su entrega y su idea futbolística.
“Cuando le ganamos a Patronato, en mi celular tenía 40 mensajes. Después del empate con Boca, en cinco minutos me entraron 350 whatsApp. Ese partido lo vio el país, todos se dieron cuenta de que Olimpo está vivo, que merece seguir en Primera. No voy a opinar de los que ya perdieron la categoría, pero de los que están peleando la permanencia con nosotros, somos los que merecemos continuar en Primera división. Y lo digo con todo el respeto del mundo”.
--¿Boca subestimó Olimpo?
--Para nada. Ellos pensaron que Olimpo, 0-2 abajo, iba a salir entregado a la segunda parte. Nos quisieron manejar la pelota, los tiempos y el trámite, pero no pudieron contener a un rival que le salió a comer los tobillos. Villarruel y Blanco fueron leones, todo el equipo empujó y Boca perdió la brújula casi completamente. a