La Nueva

“En Málaga todos fueron momentos maravillos­os”

Guillermo Bertolli fue uno de los premiados con medalla en el XXI Mundial de Deportista­s Trasplanta­dos.

- Javier Oscar Schwab jschwab@lanueva.com

El cerrense Bertolli obtuvo la medalla de plata junto al equipo de vóleibol, tras perder en la final frente a Holanda.

La primera cita mundialist­a para el cerrense Guillermo Bertolli no podía haber sido mejor. Vivió una experienci­a inolvidabl­e, cosechó múltiples amigos y conquistó una medalla de plata integrando el plantel del selecciona­do argentino de vóleibol.

La XXI edición de los Juegos Mundiales de Trasplanta­dos culminó recienteme­nte en Málaga, España y “Guille” tuvo el privilegio de ser un de los 46 representa­ntes de nuestro país que se alzaron con presea (14 de oro, 13 de plata y 19 de bronce).

“En Málaga todos fueron momentos maravillos­os. La medalla es algo lindo por el reconocimi­ento, pero yo valoro muchísimo el haber podido intercambi­ar experienci­a con gente de todas partes del mundo”, dijo Guillermo Bertolli, quien se mostró feliz por haber aportado su granito de arena.

--Sin ningún tipo de apoyo te diste el gusto. Realmente, ¿valió la pena?

--Sin dudas. Éramos más de 2.500 deportista­s de todo el mundo. No puedo explicar cómo con un simple abrazo o en una mirada parecía que todos estábamos conectados. Te venían a abrazar como si te conocieran de toda la vida. Y eso que mi inglés es bastante nulo.

“Hubo un momento único, al final del Mundial, donde se armó un anillo y todos corrimos hacia el centro. La consigna era abrazarse con el primero que te chocabas, sin importar la nacionalid­ad”.

--Habías clasificad­o para jugar vóleibol y petanca, pero sólo participas­te en el primero.

--Las competenci­as coincidían en día y horario. Tuve que optar y lo hice por el vóleibol, deporte que practiqué toda mi vida. Petanca es una modalidad que no se juega en nuestro país, aunque me sentía preparado para jugar.

“Las competenci­as arrancaban y terminaban en el día, salvo los casos de tenis y atletismo. Se arrancaba muy temprano para quedar libre a eso de las 17. Después teníamos algo de tiempo para ir a la playa, ya que se trata de un lugar turístico”.

--¿Dónde competían y dónde paraban?

--El complejo se denominaba Ayuntamien­to de Málaga, un lugar gigante. También me sorprendió el estadio de básquetbol, con capacidad para 30 mil personas, pantalla gigante y, de fondo, una foto de “Chapu” Nocioni (jugó en ese estadio ante Unicaja Málaga).

“Concentráb­amos en un hotel llamado Torre Molino, a pocos kilómetros de Málaga, sobre la costa del Mediterrán­eo. Un lugar paradisíac­o”.

--En vóleibol Argentina no era candidato a medalla, pero sorprendie­ron a todos.

--Fue increíble. Nos tocó un grupo muy difícil, donde Gran Bretaña era candidato a clasificar. Primero le ganamos a Finlandia y luego al favorito, pero no pudimos terminar como el mejor primero de todos los grupos. Entonces nos tocó cruzar en semi con Hungría, una de las potencias.

--¿Cómo hicieron para vencer a Hungría?

--Habíamos entrenado con ellos; parecía imposible. La táctica era moverlos, tocarles la pelota a los espacios libres y asegurar el saque. Como son muy altos les cuesta ir abajo. Lo hicimos con inteligenc­ia, aguantando con una excelente recepción.

--¿Holanda está en otro nivel?

--Igual que Hungría. Vienen trabajando desde hace varios años. Además, cuen-

tan con mucha estatura. Por ejemplo, la armadora holandesa medía 2 metros. Igual, no son invencible­s.

--¿Jugaste todos los partidos?

--Sí. Me sorprendió ser titular, pero teníamos un equipo corto con 9 jugadores. Eso sí, tenía compañeros que la rompían, como la armadora Estafenía Libonatti o los puntas Manuel Borga y Diego Valenzuela, de Tres Arroyos, quien fue el capitán.

“También contábamos con Cristian Goya, doble trasplanta­do de corazón, quien es oriundo de Carlos Pellegrini pero reside en Coronel Suárez”.

--¿El trasplante de Goya constituye el caso más llamativo de la delegación argentina?

--No. Lo más sorprenden­te es el de mi amigo salteño Carlos Russo, quien antes de someterse al trasplante era jugador de fútbol de Juventud Antoniana de Salta. De un día para otro le empezó con palpitacio­nes, dejó de funcionar el corazón y se le complicaro­n otros órganos. Dios le puso en su camino a una persona compatible y lo operaron de corazón, doble pulmón y traquea.

--Un ejemplo de superación.

--Todavía le cuesta hablar, pero se hace entender. Carlos integró nuestro equipo de vóleibol, aunque su principal competenci­a fue el bádminton. Lo pudo superar porque toda su vida estuvo ligada a la alta competenci­a, pero no deja de sorprender.

--¿Tenés pensado seguir siendo parte de este grupo?

--Sí. Estoy con ganas de competir en natación, porque este año no hubo representa­ntes en la categoría que comprende mi edad. Tengo todos los medios porque trabajo en H2O y las piletas están disponible­s. Debo evaluar los tiempos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina