Solo 12 de más de 50 salas están habilitadas
Si algún tema ha venido generando polémica en ciertos barrios es la política de reestructuración en determinadas unidades sanitarias.
“La ciudad cambió, el uso del sistema de salud y las enfermedades también se han modificado, por lo tanto debemos adaptar camas, hospitales y salas médicas a los nuevos tiempos y pensar qué ciudad queremos de acá a 20 años”, dijo Pastori.
Recordó que apenas 12 de las más de 50 unidades se encuentran debidamente habilitadas y que la mayoría se ubica en edificios prestados por sociedades de fomento y con grandes deficiencias edilicias, como riesgos de electrificación, falta de accesibilidad, espacios reducidos y hasta olor a cloacas.
“Además, hay muchas que se emplazan a 5 cuadras unas de otras y, paradójicamente, sectores que carecen de un centro cercano. Nunca es grato cerrar una sala, pero la realidad es que debemos aggiornarlas, lo que implica una redistribución”, aclaró.
Pastori valoró la tarea que desarrollan los fomentistas, que han cedido espacio para la salud, aunque, insistió, “muchas salas quedaron en el centro de la ciudad o en sectores donde, por distintos motivos, no se utilizan”.
“Años atrás se crearon sin una planificación, mientras que hoy es fundamental que se emplacen estratégicamente”, dijo.
“Además –concluyó- la idea es que los nuevos centros, como el que estamos edificando en el barrio 9 de Noviembre, permanezcan abiertos no hasta las 14 sino hasta las 18 y acorde a los estándares internacionales”.
Pastori, por último, reconoció que esa medida puede ser “antipática”, aunque aclaró que “no trabajamos para un barrio, sino para una ciudad”. No tenemos el encuadre de hace 30 años: la ciudad es otra”.